Stoner, o del brillo imperceptible en lo cotidiano

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Si sois de los que oyen el nombre de John Williams y de inmediato pensáis en la mítica banda sonora de la saga de George Lucas, pues aquí podréis enteraros de la obra de un personaje homónimo pero dedicado a las letras. Lejos de guerras estelares, superhéroes, peligrosos tiburones o cazadores de tesoros, el escritor John Williams nos brinda una auténtica obra maestra con esta novela que aquí os recomendamos.

Cuatro novelas y dos poemarios no constituyen una producción literaria impresionante. Por poner un ejemplo, el Premio Nobel de Literatura en 2010, Mario Vargas Llosa, ha escrito la nada despreciable cantidad de 18 novelas en sus 76 años de vida. La calidad del peruano es indudable, y el reconocimiento le ha llegado tarde. Pero hay quienes no lo obtienen nunca, no obstante esconden en sus letras auténticas joyas. Este es el caso del norteamericano John Williams nacido en Texas en agosto de 1922.

Extraordinaria novela de John Williams Nothing but the Night (1948), The Broken Landscape (1949), Butcher’s Crossing (1960), The Necessary Lie (1965), Stoner (1965), Augustus (1973), son los títulos de sus seis trabajos. De entre ellos sólo contamos con traducción a la lengua de Cervantes de las dos últimas (Augustus la conocemos como El hijo de César), mientras la novela que aquí nos ocupa, Stoner, también está disponible en catalán. Y es que cómo no dedicarle un poco de tiempo a un texto que el mismo Enrique Vila-Matas calificó como una “obra maestra ignorada”.

La experiencia en el campo de combate que forma parte de la biografía del autor contrasta con lo sencillo de la historia de William Stoner. El personaje principal de la novela nació y creció en una granja en Missouri hasta que se matriculó en la Facultad de Agricultura con la finalidad de aprender nuevas y mejores formas de trabajar la tierra; empresa truncada por un fortuito encuentro que le haría seguir el camino de las letras. Y aquí se enuncia ya la constante del relato: ensayo y error, un perfecto retrato de la vida humana. No hay batallas espectaculares ni grandes prodigios de la magia, sino decisiones (casi siempre equivocadas) de un individuo nacido a finales del XIX cuyo mayor logro fue haber estado en el momento histórico justo para ser nombrado profesor asistente en la Universidad de Missouri.

Típica perspectiva de las universidades americanas

“Nunca ascendió más allá del grado de profesor asistente y unos pocos estudiantes le recordaban vagamente después de haber ido a sus clases”. Y aún así la vida del profesor Stoner nos atrapa y nos conmueve a cada instante. ¿Será que es más sencillo reconocerse e identificarse en este tono gris, es decir, medio? John Williams tiene la magnifica virtud de relatar los episodios cotidianos de manera que podamos encontrar en su palidez un destello de universalidad. Un hombre sencillo de valores campestres, apegado a la tradición, logra despertar un sentimiento bastante olvidado en nuestros días: el que sigue al reconocimiento de las buenas costumbres, el cálido cobijo de una acción bondadosa que no desemboca siempre en la recompensa que se esperaría. En una palabra, la compasión y la ternura ante una vida que, sin ser extraordinaria, resulta ejemplar.

El pintor nos muestra escenas cotidianas

No se trata de un texto moralizante, sino de un desfile de personajes perfectamente construidos, de precisión milimétrica diríamos, que van mostrando los distintos rostros de lo humano. El del cansado campesino y su vida que pasa bajo el látigo del sol, el de la esposa resignada y resentida, el del profesor ejemplar y modelo, el del oportunista, el conquistador mujeriego, el del celo profesional, el del la tortura moral, el del padre responsable, el del hartazgo en un contexto de guerra… Todos ellos desde la simplicidad que se encuentra en los muros del hogar y del trabajo, pues los escenarios son casi siempre éstos. El amor en sus distintas facetas, la honestidad, la justicia y la lealtad encuentran un perfecto retrato en esta historia que no les muestra en modo fastuoso o exacerbado, sino simple y cercano. Quizá por ello resulte tan difícil el no añorar la posibilidad de encontrarse cara a cara con un personaje como Stoner. Aunque hablemos un profesor de mediana calidad en cuya vida no ha acontecido nada fuera de lo ordinario.

Imposible no sentir compasión ante la historia John Williams toma la vida, la suya propia en rica mezcla de ficción, y arma un relato en el que muestra la bella complejidad que cualquiera de nosotros puede encontrar en el gris de la propia existencia. Sin grandes promesas ni sobresaltos, Stoner conmueve, emociona y muestra que no es necesario contar con una obra extensa para derrochar calidad. Novela altamente recomendable que, como su protagonista, ha vivido injustamente en el anonimato durante mucho tiempo. ¿Os atrevéis a miraros en el espejo de lo cotidiano que Williams propone? Puedo aseguraros que no os vais a arrepentir, una excelente opción para estas vacaciones de verano.

Archivado en Missouri, Nobel, Novela
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