Internet permite aprovechar mucho mejor los recursos poniendo en contacto a distintas personas con ofertas y demandas compatibles. Ya os hablamos de la aplicación de BlaBlaCar: el dueño de un coche programa un viaje, y otros usuarios se unen a él, compartiendo el coste de la gasolina. Todo el mundo ahorra dinero, se contamina menos y mucha gente evita invertir en un automóvil que utilizaría poco. Se trata de una idea genial, excepto para las compañías de transporte de pasajeros. Pero los consumidores no deben sostener industrias que no se adaptan a las nuevas realidades, como le pasó a la música con la llegada de Internet.
Según leemos en 20minutos, el Ministerio de Fomento español ha advertido de que compartir coche por dinero sin autorización contraviene la ley, y que se pueden aplicar multas de entre 401 euros y 600 euros por lo que se considera una infracción muy grave. La excusa es que en estos casos no están garantizadas las condiciones de calidad y seguridad del servicio. En mi opinión, eso se le debe exigir a una empresa, no a un particular que no busca el beneficio económico. Además, se indica que se colaborará con las instituciones correspondientes para realizar controles que garanticen el cumplimiento de la legalidad vigente.
El ejecutivo, en vez de elaborar normas que regulen la nueva situación, decide favorecer los intereses de las empresas, optando por perjudicar a los viajeros y dificultando que los recursos se empleen con eficiencia. Ya hablamos de que el gobierno de España no entiende Internet (o lo entiende demasiado bien, y quiere controlarlo), y con este anuncio lo demuestra. Esperemos que no se tomen realmente medidas contra BlaBlaCar (también se avisa que podría recibir multas), porque controlar a los particulares que organicen un viaje me parece casi imposible.
¿Qué opinas del tema? ¿La administración tiene que protegernos en trayectos de todo tipo, o más bien quiere acabar con una práctica que no le agrada?
Imagen | Robert Couse-Baker
