Si ha habido un escritor capaz de desentrañar y representar la crudeza de la posguerra española ése es, sin lugar a dudas, Miguel Delibes.
Este novelista vallisoletano (miembro de la Real Academia Española), retrató como nadie el mundo rural de Castilla: sus miserias, sus injusticias y su dureza, así como a todos aquellos héroes anónimos capaces de sobreponerse a las adversidades y sobrevivir a pesar de todo.
Sus primeros pasos como escritor los da en El Norte de Castilla, periódico en el que ingresa en 1941 como caricaturista. Su trabajo en dicho periódico le hace entrar en contacto con el mundo de las letras y en 1948 publica su primera novela: La sombra del ciprés es alargada (galardonada con el Premio Nadal el año anterior).
Aprueba las oposiciones que preparaba y obtiene la cátedra de Derecho Mercantil en la Escuela de Comercio Vallisoletana. De forma paralela va subiendo en el escalafón periodístico y en 1952 es nombrado subdirector de El norte de Castilla y seis años después, director.
Su forma de dirigir el periódico, caracterizada por la inclusión de jóvenes colaboradores (como César Alonso de los Ríos, Manu Leguineche o Francisco Umbral) y por una línea editorial no exenta de denuncia social y rebeldía, le lleva a dimitir como director en 1963 y a continuar defendiendo sus ideales a través de sus novelas.
Las ratas (galardonada con el Premio de la Crítica en 1962) es uno de los libros en los que Delibes mejor ha reflejado el drama de la Castilla rural, la grandeza de sus gentes a pesar de toda la miseria que los rodea.
La novela se teje entorno al Nini, un muchacho de once años que vive con su padre (llamado el tío Ratero pues se dedica a cazar ratas para comer y vender) en una de las cuevas del imaginario pueblo de Torrecillórigo. A pesar de que sus padres son hermanos, el Nini es un auténtico superdotado, un sabio con la capacidad de observar su entorno, de interiorizarlo y ofrecer respuestas certeras sobre todo lo relacionado con la vida en el campo: siembra, riego, cosecha, heladas, etc. Esta capacidad innata, unida a la tradición popular aprendida del anciano del pueblo, lo convierten en un personaje imprescindible para sus vecinos. A través de él, Delibes representa la enorme dimensión de la cultura popular castellana y la potencialidad de sus gentes, capaces asimilar y sobrevivir “a lo que venga”.
Una novela mayúscula (a pesar de su corta extensión) con el estilo sencillo y ameno que caracteriza a Delibes, capaz de transportarnos a otras épocas más duras y, al mismo tiempo, hacernos reflexionar sobre las miserias actuales. Un clásico imprescindible.