Ahora no te voy a apestar con ideas complejas, con proposiciones de doble sentido, he desatado el nudo de mi lengua. Solo haré de notario. Hoy vamos a dar una patada al balón de cuero. A continuación podrás leer algunas de las frases más célebres e impactantes del universo futbolístico. Voy a usar unos clavos afilados para pincharte, aunque será una tortura clemente. Quiero que estas pequeñas píldoras de sabiduría te dejen marca.
En este primer artículo vas a disfrutar del sarcasmo de Bill Shankly, un mito en Anfield que te parte la mandíbula y sienta cátedra, desempolvamos el surrealismo lúcido de John Benjamin Toshack, un gigante en las ruedas de prensa, leeremos los regates al lenguaje de Valdano, el poeta del gol, recordaremos el pique Menotti Bilardo… y el “negro” Fontanarrosa repetirá una vez más, la frase que mejor me define. De momento toman la palabra entrenadores y escritores, los jugadores esperan en el vestuario. Sí, hay creadores que no se sienten extranjeros en el césped y que como Truman Capote, se ven tentados por el lado frívolo de la vida.
Bill Shankly. Legendario entrenador del Liverpool:
Ninguna enfermedad me hubiera mantenido alejado de este partido. Si hubiese estado muerto, hubiera hecho sacar la caja, ponerla en la grada y hacer un agujero en la tapa.
Esta ciudad tiene dos grandes equipos: el Liverpool y los suplentes del Liverpool.
El problema con los árbitros es que conocen las reglas, pero no el juego.
Algunos creen que el fútbol es cuestión de vida o muerte, pero es mucho más que eso.
Si el Everton jugara en el jardín de mi casa, cerraría las cortinas.
¿Qué alineación voy a sacar? No voy a revelar un secreto como ése al Milan. Si por mí fuera, procuraría que no se enterase ni de la hora del partido.
John Lambie, entrenador del Patrick Thristle. Cuando el masajista le comunicó a John, que un delantero que había chocado con un rival no recordaba quien era…
¡Perfecto! Dile que es Pelé y que vuelva al campo rápidamente.
Jock Stein, seleccionador de Escocia:
Tenemos la mejor hinchada del mundo, pero nunca he visto a un hincha marcar un gol.
John Benjamin Toshack:
Los lunes siempre pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a siete u ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos, y el sábado ya pienso que tienen que jugar los mismos cabrones.
Soy un cabrón simpático.
Hay más posibilidades de ver a un cerdo volando por encima del Bernabéu de que yo rectifique.
En mi anterior etapa me criticaban por no lavar la ropa sucia dentro del vestuario, pero es que llevaba tres meses lavándola y no se secaba nunca.
Ron Atkinson:
No hablo nunca de los árbitros y no voy a romper este hábito de toda una vida, por ese idiota.
Bobby Robson después de que Inglaterra casi perdiera contra Camerún en el Mundial ’90:
No los subestimamos. Simplemente eran mucho mejores de lo que pensábamos
Vujadin Boskov:
Fútbol es fútbol y gol es gol.
Prefiero perder un partido por nueve goles que nueve partidos por un gol.
Ganar es mejor que empatar. Y empatar es mejor que perder.
Bambino Veira:
Un fenómeno, Romario. Impresssionante, Fernando, impresssionante. Tan rápido, que era capaz de girar en una moneda.
Acá asaltaron a Rambo. (En los alrededores de la “cancha” de San Lorenzo)
En esta cancha nace el viento… (San Lorenzo)
Nene…a mí me gusta tanto la noche…que al día le pondría un toldo.
Carlos Salvador Bilardo:
Pisálo, Pisálo… ¡Al enemigo ni agua!!
Yo no estoy de acuerdo con eso de que los jugadores no tengan relaciones sexuales antes de los partidos. Mientras que las mujeres sean las que estén arriba… todo estará bien.
César Luis Menotti:
Los Italianos no es que defiendan bien, es que defienden con muchos.
El fútbol es tan generoso que evitó que Bilardo se dedicara a la medicina.
El gol es un pase a la red.
Ángel Cappa:
El futuro del fútbol está en el pasado.
Los goles te dan de comer y te dejan escribir poesía tranquilo.
Jorge Valdano:
Ganar queremos todos, pero solo los mediocres no aspiran a la belleza. Es como pretender elegir entre un imbécil bueno o un inteligente malo.
También al fútbol lo atacó el bacilo de la eficacia y hay quien se atreve a preguntar para qué sirve jugar bien. Resulta tentador contar que un día osaron preguntarle a Borges para qué sirve la poesía y contestó con más preguntas: ¿Para qué sirve un amanecer? ¿Para qué sirven las caricias? ¿Para qué sirve el olor del café? Cada pregunta sonaba como una sentencia: sirve para el placer, para la emoción, para vivir.
¿Un rival sin interés atacante? Es como intentar hacer el amor con un árbol.
Debimos decirle a Maradona: Mirá, Diego, vos jugás al fútbol como Dios, pero solo sos un hombre.
Javier Clemente:
Como un portero no llegue al vestuario lleno de barro, no es portero.
Le dije a Goiko que fuera duro con Maradona, pero es que a mí me dijeron que Maradona era un Dios del fútbol, ¿desde cuándo los dioses se lesionan? No es culpa mía, me informaron mal…
Juanma Lillo:
El fútbol se ha convertido en un consolador social.
Ibrahimovic es capaz de hacerle el boca a boca a una jugada. Vuelve a hacer respirar las jugadas muertas.
No me contrataron por mi capacidad y no me van a echar por mi incapacidad.
Javier Irureta:
Tan importante como jugar bien es no estorbar.
David Vidal:
Mágico González fumaba. Y un día le dije: Jorge, si no le das más de 20 toques a un paquete de tabaco, lo dejas, y si no, te dejaré yo en paz… Le dio más de 20 toques y yo me tuve que dar media vuelta e irme.
Tim, entrenador brasileño:
El fútbol es una manta corta: si te tapas los pies te descubres la cabeza, y si te tapas la cabeza te descubres los pies.
Helenio Herrera:
Se juega mejor con diez que con once. (Tras perder un partido ante un equipo al que le habían expulsado a un jugador)
Pelé es un violín; Di Stéfano, la orquesta entera.
Este partido lo ganamos sin bajar del autobús.
Una vez un periodista me preguntó por qué dirijo solo equipos grandes, pues porque los chicos no pueden pagarme.
Pep Guardiola:
Si perdemos, continuaremos siendo el mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos.
Alfredo Davicce, presidente del Inter:
Como presidente del club tengo la obligación de respaldar al técnico del equipo hasta cinco minutos antes de echarlo.
John Boynton Priestley, escritor británico:
Decir que pagaron para ver a 22 mercenarios dar patadas a un balón es como decir que un violín es madera y tripa, y Hamlet, papel y tinta.
Roberto Fontanarrosa, humorista y escritor argentino:
Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno es la pierna izquierda. El otro es la pierna derecha.
Francoise Sagan. Escritora francesa:
El fútbol me recuerda viejos e intensos amores, porque en ningún otro lugar como en el estadio se puede querer u odiar tanto a alguien.
Eduardo Galeano. Escritor uruguayo:
En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol.
Roberto Bolaño, escritor chileno:
A mí siempre me pareció más interesante marcar un autogol que un gol. Un gol, salvo si uno se llama Pelé, es algo eminentemente vulgar y muy descortés con el arquero contrario, a quien no conoces y que no te ha hecho nada, mientras que un autogol es un gesto de independencia.
Manuel Vázquez Montalbán:
El fútbol me interesa porque es una religión benévola que ha hecho muy poco daño.
José Luis Sampedro:
El culto hispánico religioso ha cedido paso a una nueva fe, en la que los sacerdotes emergen desde una cavidad subterránea y ofician con el pie.
Paul Auster:
El fútbol es un milagro que le permitió a Europa odiarse sin destruirse.
Tranquilo, ya siento la respiración de los genios del balón. La risa de George Best. Están brincando, se escuchan los tacos… ¡no te pierdas las mejores patadas al sentido común! ¡Las frases más redondas!
Excelentes frases. Para tener en cuenta si uno es amante del fútbol, creo que los entrenadores argentinos han dejado más picante en este tema, gracias!
MIENTRAS EXISTA LA SELECCION ESPAÑOLA EL FUTBOL NO SE ACABARA,GRACIAS POR ENCENDER LOS CORAZONES Y LAS ALMAS DE MEDIO PLANETA OJALA TODOS CAMBIARAN SUS MISILES POR PELOTAS DE FUTBOL