Física de lo imposible, de Michio Kaku

Es bastante habitual divagar sobre lo que habría pasado si no hubiéramos tomado una u otra decisión, sobre lo que pasaría si pudiéramos viajar al pasado y, de alguna manera, cambiar nuestros actos o las consecuencias de los mismos. Pero todos sabemos que viajar en el tiempo es imposible… ¿o no?

En su libro Física de lo imposible, el prestigioso físico teórico y divulgador Michio Kaku trata de responder a cuestiones como el viaje en el tiempo, la invisibilidad, el teletransporte y los viajes interplanetarios desde un punto de vista constructivo: explica qué los hace imposibles con nuestro actual conocimiento de la física y nuestra tecnología y qué tecnologías y conocimientos serían necesarios para hacerlos viables.

Con una prosa sumamente didáctica, plagada de anécdotas históricas y salpicada con escenas de ciencia ficción, el autor va desgranando capítulo a capítulo objetos y tecnologías imposibles partiendo de una premisa básica: no todo es tan imposible como parece, lo que pasa es que no tenemos los suficientes conocimientos para construirlo.

Partiendo de esta premisa, el autor clasifica la imposibilidad del viaje en el tiempo, la telequinesia o los ovnis en tres categorías claramente diferencias:

– Imposibilidades de clase I: tecnologías que hoy son imposibles pero que no violan las leyes de la física conocida y que podrían ser posibles en este siglo, tales como el teletransporte, los motores de antimateria o la invisibilidad.

– Imposibilidades de clase II: tecnologías situadas en el límite del conocimiento que poseemos del mundo físico y, que en caso de llegar a hacerse realidad, estaríamos a miles o incluso millones de años de alcanzarlas. En esta categoría el autor encuadra los viajes en el tiempo o a través de agujeros de gusano.

– Imposibilidades de clase III: tecnologías que violan las leyes de la física conocida. El autor hace especial hincapié en que no hay muchas tecnologías imaginarias que puedan encuadrarse dentro de esta categoría en la que englobaríamos a las máquinas de movimiento perpetuo. Lo curioso es que el propio autor indica que, en caso de poder construir alguna de estas tecnologías cambiaría por completo nuestra comprensión del mundo físico (algo que no descarta).

Para todos los amantes de la filosofía (y quizá también de la física) es altamente recomendable leer este libro exento de grandilocuentes fórmulas matemáticas y cargado de originalidad, conocimientos e historia.