La cuarta temporada de Misfits llegará en unas semanas con un duro reto por delante: conseguir que nos olvidemos de que se han ido cuatro de sus cinco personajes originales. A la baja de Nathan del año pasado ahora hay que sumarle las de Simon, Alisha y Kelly, cuya actriz anda un tanto ocupada en otros asuntillos). Sus sustitutos, Finn (Nathan McMullen) y Jess (Karla Crome, cuya cara os sonará a algunos de Hit & Misst), entrarán a formar parte de la menguada quadrilla de limpieza ahora compuesta tan sólo por Ruby y Curtis, el único superviviente de la primera temporada y, probablemente, el menos querido.
El teaser nos da algunas pistas sobre los poderes de los nuevos pero, por lo demás, no nos ayuda a saber por dónde va a ir la cuarta temporada. Lo único que sabemos es que Seth, personaje que tenía el poder de traspasar poderes y que mantuvo una estrecha relación con Kelly, se convertirá en regular por lo que tal vez lo importante no sea qué poder tiene cada uno sino qué nuevo poder puede conseguir cada uno, empezando por Curtis, que ya va siendo hora de que se ponga las pilas o se vaya.
Sean cuáles sean, esperemos que las novedades ayuden a recuperar una pizca de la frescura inicial de Misfits tal y como suele sucede con los cambios de generación en la también británica Skins. Tienen a su favor que es relativamente sencillo mejorar porque la tercera temporada fue, cuanto menos, olvidable.
Y la culpa no la tuvo la marcha de Nathan (o al menos no toda) porque Ruby, su sustituto, no lo hizo nada mal, y menos teniendo en cuenta que todo los ojos estaban sobre él, pero es que la serie se encontró con un problema de base mucho mayor: la falta de objetivo. Y sí, le organizaron una gran salida a Simon y a Alisah, pero nada más. ¿Lo encontrarán en los nuevos episodios? Esperemos que sí, aunque sea el de acabar la serie con dignidad.
