Es fácil imaginar que en la CIA se toma mucho café, las noches pueden ser largas cuando existe una amenaza para la seguridad nacional, y hay que mantenerse alerta. Ya hemos visto que Starbucks se trata de una cadena muy exitosa, hasta el punto de que tiene un establecimiento en la sede de la CIA. Y es que salir del edificio para tomar un café resulta complicado, y todo el mundo necesita relajarse, sobre todo en un lugar en el que no están permitidos ni los smartphones. Es más, muchas entrevistas de promoción interna se hacen en el propio local, que suele encontrarse abarrotado.
Tal y como leemos en The Washington Post, esta cafetería tiene algunas peculiaridades. En los vasos nunca se ponen nombres. Aunque se podrían usar apodos, cualquier forma de identificación pone nerviosos a los empleados. Tampoco se permiten las tarjetas de fidelidad, existe el temor de que los datos pasen del departamento de marketing de Starbucks a otras manos más peligrosas. Ni siquiera los tickets son muy reveladores, se contentan con poner “Tienda número 1”. Por supuesto, los camareros han pasado por un proceso de selección muy riguroso, y no pueden salir de la cafetería sin vigilancia. Incluso se les pide que avisen si alguien de su entorno muestra demasiado interés por su lugar de trabajo.
A pesar de todo, en el Starbucks de la CIA se socializa. Allí se encuentran compañeros de facultad que no sabían que trabajaban en el mismo lugar… ¡uno no suele anunciar que lo han contratado en la CIA! Por el día la cafetería sirve sobre todo lattes (cafés con leche largos), pero de noche se piden bebidas con mucha más cafeína, que por suerte es bastante beneficiosa para nuestro organismo. La decoración resulta similar a la de cualquier otro local de la cadena, aunque está pendiente una remodelación que incluya objetos típicos de espías. Desde luego, la cadena de cafeterías puede presumir de haberse colado en un lugar de lo más especial.
¿Qué te parece esta anécdota? ¿Crees que la CIA no es lugar para un Starbucks, o consideras que todo el mundo debe poder disfrutar un buen café?
Imagen | Lali Masriera
