En la sociedad actual, estamos muy bien acostumbrados a las velocidades de conexión Wi-Fi que algunos dispositivos nos ofrecen y que nos permiten enviar y recibir información en milésimas de segundo. La verdad es que hoy en día, podemos disfrutar de conexiones Wi-FI gratuitas en muchos lugares públicos, ya que las necesidades de conectividad que tenemos los humanos cada vez son mayores.
Unos científicos ahora han desarrollado una nueva tecnología, llamada Li-Fi que podría ofrecer velocidades de Internet hasta cien veces más rápidas que utilizando el Wi-Fi. En el laboratorio, estudiando la respuesta de las pruebas, se han llegado a obtener velocidades hasta 224 GB por segundo, tal y como podemos leer en Business Insider. Esto equivale a descargar 18 películas en un abrir y cerrar de ojos.
Actualmente, la tecnología Li-Fi — Light Fidelity — está empezando a ser probada en la vida real, llegando a alcanzar velocidades reales de 1 GB por segundo, 100 veces la velocidad del Wi-Fi tradicional al que estamos todos acostumbrados. Quizá se está empezando a marcar una nueva era en la manera de implantar las telecomunicaciones en todo el mundo.
Wi-Fi, la pérdida de eficiencia
Cuando llegó el Wi-Fi a nuestra vida diaria, pareció una manera rápida y eficiente de acceder a Internet. Aquellas personas que tenían un módem de 56k en casa vieron como su vida cambiaba de repente y se abría un nuevo mundo de posibilidades a través de las páginas y la navegación de Internet. No obstante, si queremos seguir utilizando esta tecnología en el futuro, tenemos que tener en cuenta algunas contrapartidas.
El deseo de nuestra sociedad para tener acceso cada vez más a más información y datos de una manera más rápida, está empujando la capacidad de la tecnología Wi-Fi a sus límites. Aunque utilicemos ondas de radio para transferir la información, la cantidad que se transmite está limitada. De esta manera, se estima que en 2019, los datos que se intercambien estarán saturados, por lo que el Wi-Fi tendrá problemas en manejar toda esta cantidad de información.
Por si fuera poco, la capacidad tan solo es una parte de los problemas que tiene el Wi-Fi, ya que tampoco es una solución demasiado eficiente. Las estaciones responsables de transmitir las ondas de radio funcionan solo a una eficiencia del 5% y la mayor parte de la energía se utiliza para mantener frías las estaciones. Además, la seguridad es un problema también, ya que las redes pueden funcionar a través de objetos sólidos como puertas y paredes.
¿Puede este ser el fin del Wi-FI?
La principal diferencia que tiene el Li-Fi es que utiliza un espectro de luz 10.000 veces más grande que las ondas de radio, por lo que tiene potencial para albergar muchas más capacidad. En vez de transmitir la información mediante un solo flujo de datos, puede transmitir la misma información utilizando millares de flujos de datos de manera simultánea.
La tecnología Li-Fi funciona mediante el parpadeo de LEDs a velocidades muy elevadas y envía los datos en código binario a un receptor. Básicamente es como una versión muy rápida del código morse, ya que el parpadeo ocurre tan rápidamente, que no puede ser visto por el ojo humano. La infraestructura ya está casi creada, ahora tan solo falta poder aplicarlo a la vida diaria.
Aunque todo esto sean ventajas, seguramente la tecnología Li-Fi no provocará el final del Wi-Fi, al menos no por ahora. A pesar de que sea más rápida, la luz no es capaz de penetrar a través de objetos sólidos, como las ondas de radio. Esto se puede ver como una ventaja para la seguridad, pero si quisiéramos ir a otra habitación nos quedaríamos sin conexión. No obstante, es probable que en un futuro veamos una tecnología híbrida entre el Wi-Fi y el Li-Fi.
¿Qué futuro le ves a la implantación de esta tecnología? ¿Crees que podremos utilizarlo en la vida diaria en algún momento a corto plazo o que aún tardaremos en verlo llegar?