Detrás de la fotografía: Enmarcar paisajes con elementos reales

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Una semana más regreso para mostraros otro ejemplo fotográfico y desvelar lo que se esconde tras él, llegó la hora de “Detrás de la fotografía”. De nuevo vamos a hablar de paisajes, pero tranquilos no voy a volver a poneros una panorámica, veremos como darle un aire diferente a nuestros paisajes. ¿Cómo? buscando elementos que enmarquen las imágenes, pero elementos que se encuentren en la escena.

Paisaje de Manzanares el real en Madrid enmarcado por una ventana

Hay mil y una maneras de resaltar tus fotografías, ya sea usando el color, la composición o con diversas técnicas fotográficas. Pero a veces nos olvidamos de algo tan simple como enmarcar las imágenes. Los grandes pintores no sólo realizaban cuadros impresionantes, también utilizaban dominaban la escena para entre un sin fin de elementos enmarcar una historia. Ya sea utilizando una ventana de una carnicería o unas telas que limitan el espacio, enmarcar con elementos que aparentemente se encontraban en la escena es algo que podemos encontrar en múltiples pinturas.

Como herederos de la pintura, la fotografía no va a ser menos. Nos pasamos la vida seleccionando lo que vemos, si miramos por la ventana la realidad fuera esta enmarcada por ella. Si vamos en coche, el paisaje está también limitado por las ventanillas del coche. En nuestro día a día nos encontramos con multitud de elementos que enmarcan la realidad que tenemos delante, así que, ¿por qué no usarlos?.

En mi visita al Castillo de Los Mendoza en Manzanares el Real, me encontré con multitud de formas arquitectónicas que separaban estancias y formaban marcos muy interesantes. Ya fuera pasando del interior al exterior o por un camino al rededor del castillo, encontraba marcos por todas partes. Así que finalmente, decidí utilizarlos, ventanas, columnas y ramas se convirtieron en mi objetivo. Hasta que en la planta más alta de este pequeño castillo, me encontré con estos ventanales que recorrían todo un lateral del castillo y que tras un rato en el interior fue como salir de la caverna del mito de Platón, descubriendo un mundo nuevo que me cegaba.

Su forma se me antojó perfecta para enmarcar el paisaje así que me paré y retraté el momento. Pero aquí es donde la técnica entra, ¿para que escena disparo, la exterior o el interior? Pues bien, si lleváis tiempo haciendo fotos, ya sabréis que un interior en sombra tendrá una exposición totalmente diferente al exterior que se encuentra a la luz del día. El grado de iluminación de estos dos elementos es tan diferente, que si midiéramos la luz para el interior, el exterior nos quedaría sobre-expuesto. Por eso, en estos momentos tienes que pensar en cómo vas a trabajar con esta fotografía posteriormente.

Paisaje de Manzanares el real en Madrid enmarcado por una ventana

Algo que realizaban ya en la época de la película (que lejano parece y en realidad fue prácticamente ayer) era tomar dos fotografías, dejando la cámara en un punto fijo, una de ellas tomando como referencia la exposición para el exterior y otra con los tiempos de exposición para el interior. Lo que derivaba en un posterior montaje de ambos negativos, enmascarando las diferentes zonas y tomando de cada toma la versión correcta para cada sector de la fotografía. Era una tarea laboriosa, que hoy con cualquier editor de imágenes parece coser y cantar, pero sin duda llevaba muchas horas de trabajo.

No obstante, la tecnología a avanzado de tal manera que a veces podemos permitirnos hacer las cosas medio mal. Debido a que, no disponía ni de trípode ni de tiempo suficiente para que ningún visitante se me plantará delante, tuve que optar por el camino de en medio. Realicé una medición del interior y el exterior y comparé el resultado. Me encontraba ante cinco puntos de diferencia, así que decidí que lo importante era el exterior, por lo que me intentaría acercar más a la exposición correcta del mismo.

Aumenté la exposición un punto y medio, teniendo la exposición del exterior como referencia, y realicé la toma. Disparando en RAW ya sabía que podría forzar un poco la exposición posteriormente, oscureciendo algo si fuera necesario y al no sub-exponer tanto el interior podría rescatar información. Así fue como conseguí que los muros del castillo no quedaran totalmente en sombra y aunque en un primer momento en la cámara parecía que el exterior estaba demasiado claro al llevarla al ordenador ví que realmente no necesitaba oscurecer nada del exterior.

Cuando jugamos con formatos RAW, sabemos que tenemos un rango algo más flexible que nos permitirá salvar ciertas situaciones. Aunque en digital debemos tener en cuenta que, siempre sacaremos más de las sombras que de las luces. Pues en el blanco absoluto, no encontraremos ninguna información en la imagen y sin embargo en la sombra siempre habrá algo. Todo esto sin irnos a los extremos claro pues de una fotografía totalmente negra no conseguirémos sacar nada. Por ello, sobre todo conociendo como actúa tu cámara, podrémos intentar realizar una exposición intermedia en la que podamos obtener el resultado deseado.

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