Twitter se ha convertido en moda para las empresas. Si no estás allí, ya no eres nadie. Hemos visto anteriormente la repercusión de las redes sociales en el terreno laboral. Sin embargo, no todos los que se han unido a mundo del microblogging han sabido adaptarse al medio. Os expongo algunas situaciones que creo que se deberían evitar:
- Agobiar al usuario: una gran organización tiene todos los días pequeñas ofertas, novedades y nuevos servicios que ofrecer. Pero a sus seguidores no les va a hacer mucha gracia ver su timeline lleno de tweets puramente publicitarios. Mejor reservarse para las noticias importantes y no ser agobiantes.
- Twittear en horario de oficina: entiendo que una empresa importante debe tener un equipo perfectamente capaz de turnarse para atender su Twitter. Internet no se apaga cuando acaba la jornada laboral. Es muy triste ver determinadas cuentas que tienen un ritmo frenético en horario comercial, pero que abandonan a sus followers el viernes a las 17:00 hasta el siguiente lunes.
- Centrarse demasiado en el negocio: probablemente a una compañía se le sigue por su actividad principal, pero siempre es conveniente variar un poco. Algún tweet sobre temas de actualidad (pero que afecten de alguna forma a la organización) siempre ayuda a combatir la monotonía corporativa.
- No responder mensajes privados ni menciones: es increíble, pero hay algunas marcas que ignoran a los usuarios que intentan interactuar con ellas. Si quieren una comunicación en una sola dirección, se han equivocado de medio. El consumidor pasivo es algo que pertenece cada vez más al pasado.
- No estar: por muy mal que lo hagas, siempre podría ser peor. Podrías no estar en Twitter y, a día de hoy, es algo que ninguna empresa se puede permitir.
En resumen, hay que aplicar el sentido común para mantener a esos seguidores que tanto cuesta conseguir. Sobre todo cuando hablamos de una cuenta de Twitter oficial, que va a ser uno de los principales escaparates de la organización en Internet.