La importancia del software frente al hardware

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Cuando vamos a adquirir un nuevo gadget, solemos mirar detalladamente sus especificaciones. Pero, de un tiempo a esta parte, lo que más peso tiene en nuestra decisión es el sistema operativo que va incluido y la calidad de los programas que podamos usar en él.

¿Es más importante la máquina física que podemos tocar o el conjunto inmaterial de código que se ejecuta en ella? Creo que las dos cosas son vitales, deben evolucionar a la par y en muchos casos se complementan adaptándose una a las carencias de la otra.

Tradicionalmente han sido los avances en procesadores, memorias y tarjetas gráficas los que han permitido que los sistemas operativos y programas nos sorprendieran con nuevas funcionalidades. Y sin embargo, no puedo reprimir un pequeño bostezo cada vez que se anuncia la enésima revolución en el mundo de los componentes.

La importancia del software frente al hardware

Y es que, a día de hoy, la mayoría de nuestros dispositivos tienen una potencia aceptable. Los smartphones y tablets no están en absoluto faltos de capacidades, sólo que por ser productos relativamente novedosos, da la impresión de que se quedan obsoletos en muy poco tiempo. Los ordenadores han salido ya de esa dinámica de actualizaciones frenéticas y, en general, cualquiera que sea relativamente reciente tiene especificaciones suficientes para las necesidades de la mayoría de los usuarios.

En este contexto, pienso que lo verdaderamente relevante son las posibilidades que nos plantea el mundo del software. Liberados de las limitaciones de las máquinas, es la inventiva de los desarrolladores la que nos va a permitir ser más productivos, divertirnos más y hacer cosas que antes eran imposibles.

Cada vez que hay una evolución en el hardware de nuestros equipos se vuelven un poco más capaces, pero la experiencia es esencialmente la misma. Sin embargo, si es el sistema operativo el que se renueva, los cambios son mucho más relevantes. Windows 7 representó un salto abismal a todos los niveles respecto a sus antecesores. El lanzamiento del Leopard original supuso a los dueños de un Mac disponer de la plataforma más estable, potente y sencilla de la época. El mundo Linux se decanta por novedades más pequeñas y con una frecuencia mayor, pero el caso es que estas constantes actualizaciones aportan funciones interesantes que hacen la vida frente al PC cada vez un poco mejor.

La importancia del software frente al hardware

El sistema operativo define en gran manera nuestra interactuación con cualquier gadget, pero las mejoras en los programas son los que nos ofrecen nuevas posibilidades. Por ejemplo, no se puede negar que los navegadores Google Chrome, Firefox e Internet Explorer han hecho un largo camino hasta llegar a donde están a día de hoy, y con cada nueva versión nos han ido facilitando el acceso a Internet en mucho mayor medida que un aumento de megahercios de nuestro procesador. Hay montones de desarrolladores que merecerían ser nombrados por creaciones que todos usamos, pero por poner ejemplos, ¿no os parecen aplicaciones como Spotify, Dropbox o Evernote avances mucho mayores que otra duplicación de la cantidad de RAM estándar?

Por no hablar de casos de piezas de código menos visibles pero de importancia clave: HTML5 parece que va a cambiar nuestra experiencia web como antes la había cambiado Adobe Flash, HTTPS es una tecnología que ofrece seguridad a nuestra navegación por la red y hace posible la banca o el comercio electrónico, H.264 es un códec que nos permite disfrutar de mayor calidad en nuestros videos.

En definitiva, creo que a día de de hoy debemos esperar más del software que del hardware. Los sistemas operativos de ordenador tienen ritmos de actualización más pausados que no pueden igualar a los de Intel, AMD y demás. Pero cuando Apple presenta un nuevo dispositivo sin darle un lavado de cara a iOS, o aparecen nuevas generaciones de terminales con una versión de Android obsoleta, me parece una oportunidad perdida.

La importancia del software frente al hardware

Por supuesto, deseo que los componentes de nuestros equipos sean cada vez más potentes, vean reducido su tamaño y bajen de precios. Pero la verdad es que la ilusión la tengo puesta en el campo del software, donde la innovación y la creatividad pueden llevarnos mucho más lejos que cualquier fría pieza de silicio. ¿Y tú qué opinas? ¿Le das igual importancia a ambas vertientes de la electrónica de consumo o tienes una preferencia como yo?

Archivado en Hardware, Software
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