El Gobierno danés quiere a sus ciudadanos identificados en Internet

Las autoridades de Dinamarca han decidido aumentar el control del ciberespacio, y están considerando asignar a cada habitante una identificación que controle su navegación por la Red. Hay una lógica de fondo: no tiene sentido responsabilizar al titular de una conexión de aquellos hechos delictivos que se pudieran realizar desde su dirección IP. Son habituales los casos en los que un determinado acceso es utilizado por varios usuarios, que no tienen una relación directa con la persona que paga la factura.

El objetivo declarado es la lucha contra el terrorismo, ese peligro ubicuo que tantos derechos ha recortado desde el ya lejano 11S. Pero se abre un debate sobre la libertad en el mundo digital, dado que parece excesivo que un gesto tan cotidiano como revisar el correo electrónico o actualizar el Facebook requiera de un seguimiento total por parte del Estado. Es como si al comprar el pan cada día se nos exigiera mostrar nuestro NIF. Los partidarios de este cambio legislativo quizá argumenten que Internet representa una herramienta de enorme poder, con unas posibilidades que dan pie a muchos usos por completo reprobables. Está claro que ciertos delitos se valen de la red de redes como instrumento principal: el ya mencionado terrorismo, la pornografía infantil o el pishing. Lo que me resulta dudoso es que quienes incurran en comportamientos de tal gravedad y tan fuertemente penados no vayan a disponer de medios para burlar una medida de este tipo, o se vieran disuadidos en caso de que la iniciativa danesa llegara a buen puerto.

Por lo tanto, mi sospecha es que esta norma no puede ni pretende luchar contra el terrorismo, ni ninguna otra infracción mayor. Aunque es pronto para acusar cuando todavía no se ha definido la propuesta, conviene estar alerta ante la eventualidad de que este control de los internautas no tenga otro fin que contentar a la industria del copyright. Sin duda son ellos quienes más se beneficiarían del miedo que cundiría entre los usuarios normales y corrientes de saberse vigilados en todo momento, y quizá aumentara la efectividad de la opción judicial que tanto les gusta emplear contra la piratería.

Tema aparte es la implementación del sistema, que una vez se concretase llevarían a cabo los ISP. Por muy robusta que fuera la infraestructura, habría siempre que temer algún error que permitiera accesos no autorizados o robos de identidad. Tampoco se debe despreciar la complejidad técnica y el coste de dotar a todo un país con contraseñas o algún método alternativo de autenticación.

En resumen, la idea del partido conservador danés no sólo plantea interrogantes prácticos, sino que su concepción nos hace pensar que podría tener objetivos muy distintos a los manifestados por sus promotores. La controversia de la seguridad frente a la libertad lleva ya muchos años presente en nuestras sociedades, y por ahora parece que la segunda va perdiendo. ¿Qué opináis vosotros? ¿Preferís que Internet esté bajo estricta supervisión gubernamental para evitar cualquier uso inapropiado de ella, u os decantáis por una red menos segura pero en la que exista la privacidad?

Imágenes | DaveBleasdale y woodleywonderworks