Fab Lab: Investigación + Desarrollo colaborativo

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El Instituto Tecnológico de Massachusetts, a través de su organización Fab Lab, está colaborando con los habitantes de países como Pakistán, Afganistán o Kenia para construir redes inalámbricas con materiales seleccionados entre la basura. Pero éste no es el único proyecto de Fab Lab. Sus laboratorios desarrollan ordenadores, turbinas de energía solar y eólica o instrumental técnico agrícola y sanitario.

Al igual que sucede en muchos países en conflicto, la infraestructura básica de Afganistán es prácticamente inexistente, o se encuentra parcial o totalmente dañada. En situaciones como estas, la población sufre diariamente las consecuencias de la fragmentación y la incomunicación. El día a día es una auténtica lucha por la supervivencia, ya que conseguir alimentos, agua potable o asistencia sanitaria en estas circunstancias resulta casi imposible.

Qué es FabLab

Fab Lab (Fabrication Laboratory) comenzó como un proyecto del Centro del MIT para Bits y Átomos (CBA). En el marco del desarrollo de sus investigaciones, el CBA recibió financiación de la National Science Foundation (NSF) para diseñar máquinas capaces de “construirlo casi todo”. Así, en los Fab Labs se conciben desde ordenadores hasta turbinas de energía solar y eólica, además de instrumental técnico agrícola y sanitario.

La idea se ha extendido desde la ciudad de Boston hasta la India rural, desde el sur de África hasta el norte de Noruega. Las actividades de estos laboratorios incluyen una amplia gama de proyectos de capacitación tecnológica que utilizan como nexo colaborativo redes peer-to-peer. Su principal objetivo es la solución de problemas locales a pequeña escala. Su lema: investigación y colaboración.

El proyecto FabFi Afganistán

Imagen de uno de los talleres de FabFi Kenia

Fab Lab puso a rodar en 2009 el proyecto FabFi en Afganistán. Utilizando objetos como latas, alambre, tubos de plástico y trozos de madera encontrados entre la basura, el FabLab Jalalabad consiguió implantar un servicio Wifi de alta velocidad en un pueblo, un hospital, una universidad y una organización no gubernamental en Jalalabad, provincia de Nangarhar. Tras mucho trabajo y la realización de diversos talleres, la comunidad local ha aprendido a construir sus propias redes inalámbricas para conseguir acceder a los recursos educativos disponibles online o asistencia médica. El coste de las instalaciones no supera los 40 euros.

El futuro de FabFi

Este esfuerzo de investigación tecnológica y sociológica está en constante crecimiento y evolución. Actualmente sus miembros trabajan en la incorporación de mejoras en la infraestructura implantada, con el objetivo a corto plazo de ampliar el ancho de banda actual, mejorar su estabilidad y reducir sus costes. Por otro lado, están investigando la posibilidad de aprovechar la conectividad existente para la construcción de comunidades en línea y recursos alojados localmente para los usuarios que participan en esta interesante iniciativa. Podéis seguir la evolución de FabFi en su blog.

Archivado en Ciencia aplicada, Internet y redes sociales, MIT
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