No son pocos los que se jactan de haber obtenido “gratis” un teléfono de gama alta de su compañía de comunicaciones, por medio de un programa de fidelización o bajo amenaza de cambiar su número a un competidor. Sin duda, resulta muy tentador recibir el smartphone de moda sin coste, o con uno muy bajo. Pero a veces no somos conscientes de la evidencia de que ninguna empresa regala nada, y que aceptar ese móvil implica una serie de contrapartidas que pueden hacer que la experiencia no valga la pena.
Cuando logramos un terminal en condiciones “irresistibles”, nos comprometemos a permanecer un período concreto de tiempo con nuestro operador realizando un determinado gasto. Parece obvio que lo estamos financiando, ya que al final acabará repercutido en las facturas. Otra opción que se debe valorar es adquirirlo sin atarnos a ninguna teleco (a precio completo) y contratar el servicio con algún Operador Móvil Virtual, gracias al cual el importe mensual de los recibos se reducirá de forma drástica. Haciendo cuentas vemos que esta alternativa no suele salir mucho más cara que conseguir el dispositivo de la forma “tradicional”. Tema aparte es la elevada inversión inicial que representa la compra, pero en este contexto de crisis económica y social, hemos de considerar que si bien un móvil libre supone un esfuerzo económico, el día a día nos está enseñando que disfrutar de bienes cuando no tenemos dinero para pagarlos nos encamina a la catástrofe.
Otro aspecto relevante son las implicaciones de firmar un compromiso de permanencia. La obligación de estar durante año y medio con una empresa resulta muy dura si surgen dificultades, y no es nada extraño que en este sector se generen incidencias. Además, recibir un aparato que sólo funcionará con nuestro operador y que incluye un software adaptado (siempre peor que el creado por el fabricante) no es del agrado de nadie. Hasta pasados muchos meses no se nos liberará, y librarnos de la ROM personalizada quizá invalide la garantía. Por otro lado, cuando llegue la hora de actualizar la versión del sistema operativo, si hemos optado por un Android, que tenga simlock retrasará el proceso.
Como acabamos de ver, la costumbre de obtener teléfonos a coste reducido no es tan ventajosa como parece. Deben hacerse muchos números antes de tomar la decisión, sopesar las ventajas e inconvenientes y valorar nuestra situación económica presente y futura. Optar sin meditarlo por la subvención de las compañías es, a largo plazo, una temeridad poco recomendable.
Imagen | The.Comedian
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En general así es. Pero hay excepciones, aunque no lo parezca xD
[…] cliente. Eso sí… el terminal será libre y por tanto el precio el que marque el fabricante. En los últimos meses hemos venido leyendo y escuchando como el fin de los teléfonos subvencionados parece acercarse […]
[…] iPhone a buen precio, pero en ocasiones acabamos por correr riesgos excesivos por obtener un móvil libre, que cada vez es una mejor idea desde que algunas operadoras cerraron el grifo de las subvenciones […]
[…] no firméis un contrato con 300 minutos “gratis” en llamadas si tu verdadera necesidad es mucho menor. Valora hasta que punto merece la pena […]
[…] son las operadoras de telefonía y las propias marcas las que mediante publicidad y compromisos de permanencia hacen que paguemos desorbitados precios por novedosos terminales que, realmente, no necesitamos. Un […]
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