Una secuencia de acciones tan simples como abrir el navegador, ir a la página de Google, teclear algo en la “caja mágica” y obtener una lista de resultados relevantes es a día de hoy el secreto mejor guardado de la humanidad (más difícil de llegar a conocer que la fórmula de la Coca-Cola).
¿Y por qué es un secreto tan bien guardado? Os preguntaréis. La respuesta es sencilla: detrás de él se esconden miles de millones de euros en publicidad. Si ante una búsqueda inocente como “Matilda” o “Roald Dahl” tu página aparece muy arriba en la búsqueda es probable que la visite mucha gente y, vía publicidad, puedes ganar dinero.
Precisamente de eso va todo: de ganar dinero, y como el dinero atrae a las personas como la miel a las moscas, entorno a las búsquedas en internet ha surgido un nuevo mercado profesional con sus SEO, rankings, algoritmos, heurísticas, trackbacks, trucos, triquiñuelas y supercherías. Es muy triste que busques algo como “llantas volkswagen golf” y en los resultados aparezcan páginas sin contenido, sitios web que sólo contienen ese texto y decenas (cuando no cientos) de enlaces publicitarios.
Pensando en el usuario (y un poco también en ellos mismos, pues esas “páginas fantasma” les cuestan dinero), desde Google han implementado una nueva mejora en su buscador: el conocido como algoritmo Panda.
Este algoritmo introduce más de 500 pequeños cambios en la operativa del buscador y está activo para el idioma inglés desde el primer trimestre de 2011. Los cambios introducidos para las peticiones en inglés afectaron al 12% de las búsquedas en este idioma y se espera que en español (estrenado esta misma semana) afecte a entre un 6 y un 9% de las mismas.
El objetivo perseguido con este cambio es doble: por un lado evitar las “granjas de contenidos” y sitios que sólo se dedican al “copia-pega” y por otro premiar a aquellas webs con contenidos relevantes, originales y sin faltas de ortografía.
Desde Xombit aplaudimos este cambio que nos ahorrará tiempo a la hora de realizar nuestro trabajo diario y nos librará (al menos un poquito) de visitar parte de la basura con la que algunos “empresarios de las nuevas tecnologías” inundan la red.