Sony ha apostado en su nueva consola portátil por la fuerza bruta: gráficos espectaculares en una pantalla de elevada resolución, posibilidad de conectividad wifi y 3G, diversos tipos de sistemas de control… Todos estas características ponen a la máquina muy por delante, no sólo respecto a la generación anterior, sino también a su actual competencia. El problema es que siempre que a un gadget le aumentamos sus prestaciones, especialmente en el aspecto visual, la que sufre es la batería. Es un inconveniente frecuente en los actuales smartphones, y parece que la última creación de la multinacional japonesa se va a ver muy afectada por esta limitación.
Las especificaciones oficiales cifran el tiempo de juego con una carga entre tres y cinco horas, aunque no aclaran mucho cómo se han realizado esas mediciones. Así pues, si un título puntero del que disfrutemos en modo online usando la red 3G con el brillo de la pantalla al máximo y el volumen alto pudiera alargarse hasta las cuatro horas, pienso que nadie debiera quejarse. Ahora bien, si las tres horas de mínimo que nos comentan se obtienen sin utilizar Internet y con ajustes energéticos bajos, Sony se encontraría en una situación muy incómoda. Por no hablar de que es casi una tradición entre los fabricantes de toda clase de dispositivos dar información sobre la duración de la batería bastante por encima de la realidad.
Aunque todavía existen incógnitas respecto a este asunto, no parece que los datos de los que disponemos nos animen a ser optimistas. Habrá que esperar a tener la máquina en la mano y verificar cuanto tiempo de juego nos ofrece. En cualquier caso, ya hay anunciada una batería extra oficial, que esperemos que no sea necesaria para dotar a la PS Vita de un mínimo de autonomía en movilidad. ¿Qué piensas tú de este espinoso asunto? ¿Te parece el tema de la duración de la batería crítico, o eres de los que sacan poco sus portátiles de casa?
