Hedy Lamarr, la más inteligente de las actrices

Hedy Lamarr ha pasado a la historia del cine por ser la primera actriz que se exhibió totalmente desnuda en la pantalla e interpretó un orgasmo con el rostro en primer plano.

Con una carrera cinematográfica irregular y en la que no se caracterizó por elegir demasiado bien sus películas (renunció a aparecer en grandes éxitos como Luz de Gas o Casablanca) su actividad profesional fue más allá de las cámaras y los escenarios… y es que esta bellísima actriz austriaca fue también inventora e ingeniera de telecomunicaciones.

Desde muy pequeña destacó por su inteligencia y con 16 años inició sus estudios de ingeniería que abandonaría tres años después para empezar a trabajar como actriz en un teatro berlinés.

Su vida privada no estuvo exenta de complicaciones: fue obligada a casarse con el magnate Friedrich ‘Fritz’ Mandl (suministrador de armas de Mussolini) y su marido la convirtió en una muñeca de porcelana a la que no permitía más actividad que ser su acompañante en cenas y viajes de negocios obligándola a abandonar por completo el mundo de la actuación. Aprovechó esta etapa de soledad y enclaustramiento para retomar sus estudios de ingeniería.

Urdió un sofisticado plan para escapar del infierno al que la sometía su marido huyendo primero a París y luego a Londres, desde donde acaba viajando a Hollywood para retomar su carrera como actriz.

Por los contactos de su marido en el mundo de la industria armamentística Hedy sabía que los gobiernos se resistían a la fabricación de un misil teledirigido por miedo a que las señales de control fueran interceptadas o interferidas por el enemigo inutilizando el invento o incluso volviéndolo en su contra. Esto le dio la idea para su sistema de comunicaciones secreto: una versión primitiva del salto en frecuencia (técnica de modulación de señales en espectro expandido) que utilizaba un par de tambores perforados y sincronizados para cambiar entre 88 frecuencias y que fue diseñado precisamente para construir torpedos teledirigidos por radio que fueran imposibles de detectar por los enemigos. La patente fue concedida a nombre de H. K. Markey et al. Las iniciales H.K. son las de Hedwig Kiesler (Hedy Lamarr), siendo Markey su apellido de casada. El hecho de que figure su apellido de casada dificultó durante tiempo vincular este invento a la bella actriz.

En su honor se celebra el Día del Inventor conmemorando la fecha de su cumpleaños (9 de noviembre) aunque sin duda para la gran mayoría de los mortales siempre será recordada como la bellísima Dalila de la película de Cecil B. DeMille.