Noches de paz, noches de villancicos

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En estas fechas navideñas calles y tiendas se llenan cada año de canciones que conocemos de memoria: los villancicos. Lo que no es tan conocido como sus letras son sus orígenes e historia. En Xombit hemos querido ahondar un poco en este tema de marcado carácter estacional

Estas fechas plagadas de árboles con espumillón, luces de colores y música llenando las calles y plazas de pueblos y ciudades son quizá un momento adecuado para preguntarse por el origen de esas canciones (los villancicos) que, año tras año nos acosan casi en cada esquina.

Bien sea por lo repetitivo de sus letras o por la incansable repetición año tras año en todos y cada uno de los centros comerciales y tiendas que visito, he llegado ha desarrollar cierta animadversión por ellos, lo que no impide que haya sentido curiosidad por conocer su historia.

El origen de los villancicos hay que buscarlo en el ámbito previo al Renacimiento Español (alrededor del siglo XV) durante el reinado de los Reyes Católicos. Es por tanto un tipo de composición típicamente española que, con el paso de los años se exportó primero a Europa y después a América y el nombre de villancico se debe a las personas que los cantaban: los villanos o personas que vivían en las villas.

Originalmente eran canciones profanas con estribillo, de origen popular y armonizadas a varias voces. Posteriormente comenzaron a adaptarse a la temática navideña y a cantarse en las iglesias.

portal de belén

En más de cinco siglos de historia de estas composiciones ha habido numerosos autores pero, de entre todos ellos, destaca Antonio Soler y Ramos. Este compositor y clavecinista español fue uno de los principales representantes de la escuela musical española de teclado en el siglo XVIII. Alumno aventajado de Domenico Scarlatti, su producción artística supera las 400 obras de las que 132 son villancicos. Antonio Soler fue autor de obras tan conocidas como Los peces en el río, El tamborilero, Hacia Belén va una burra y el incontables veces versionado y adaptado Noche de Paz.

Estoy seguro de que la próxima vez que escuchéis un villancico tendréis una actitud más positiva hacia él basada en la felicidad que aporta el conocimiento.

Archivado en Historia, Renacimiento
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