Función de Noche (1981) tuvo su origen en un desmayo de la actriz Lola Herrera durante una representación en Barcelona de la adaptación teatral de la novela Cinco Horas Con Mario de Miguel Delibes. Josefina Molina y el productor José Samano, que se encontraban entre el público, decidieron ponerse en contacto con la actriz y descubrieron que detrás de ese desmayo había una historia que contar.
La actriz se encontraba en plena crisis personal y la culpa la tenía Carmen Sotillo, la sufrida y abnegada protagonista del la obra de Delibes, que le había hecho darse cuenta de los errores que había cometido a lo largo de su vida. Como tantas otras mujeres de la época, Herrera descubrió que era una mujer tremendamente acomplejada y que se había pasado la vida desviviéndose por los demás porque era lo que se suponía que tenía que hacer.
Ante la dificultad de expresar la complejidad del conflicto mediante un guión de ficción, Molina optó por reunir a Lola Herrera y Daniel Dicenta, actor del que llevaba casi quince años separada, en un falso camerino rodeado de cámaras y micros como si de un proto-Gran Hermano se tratase. Y el resultado fue una intensa conversación, que sirve de núcleo central del film, en la que la pareja habla sin tapujos sobre su matrimonio, sus hijos e incluso sobre sexo.
A medio camino entre la realidad y la ficción, Función De Noche acaba haciendo un retrato fiel y desgarrador de la educación sentimental de la época, y más concretamente de una generación de mujeres que, como Lola Herrera, descubrieron demasiado tarde que podían tomar las riendas de sus vidas sin sentirse culpables.
