Truman Capote fue uno de los grandes escritores del siglo XX y uno de los principales responsables de la enorme fama que cosechó la novela norteamericana durante las décadas de 1950 y 1960.
Criado por parientes mayores en granjas del sur de Estados Unidos y con una relación distante con sus padres (divorciados cuando aún era un niño), comenzó a escribir muy joven para mitigar los efectos de la soledad y el aislamiento.
Con 23 años publica su primera novela Otras voces, otros ámbitos en la que se trata por primera vez de manera abierta y directa el tema de la homosexualidad y con la que consigue el aplauso generalizado de crítica y público encumbrándolo hasta una posición que le permite vivir exclusivamente de sus novelas, relatos y colaboraciones en revistas y periódicos.
Su enorme éxito literario fue acompañado del éxito en las relaciones sociales, permitiéndole relacionarse con la clase alta neoyorquina y mantener estrechos vínculos de amistad con grandes estrellas del Hollywood de la época como Marilyn Monroe o Humphrey Bogart.
Su obra cumbre llegó en 1966. Se trata de A sangre fría, según su autor una “novela de no ficción” fruto de seis años de una intensa labor de investigación y que narra una historia real: el brutal asesinato de la familia Clutter sucedido en una granja de Kansas en 1959.
El ingente trabajo llevado a cabo por Capote en este proyecto fue llevado al cine en dos ocasiones: Capote (estrenada en 2005) e Infamous (estrenada en 2006 y distribuida en España bajo el título Historia de un crimen), en las que se relata todo el proceso de creación de este libro.
Fruto de la enorme implicación de Capote en el caso de los Clutter y la relación que llegó a tener con sus asesinos (a los que entrevistó en numerosas ocasiones), Capote se vio sumido en una depresión que limitó su capacidad creativa y se fue agravando con los años llevándole al alcoholismo, la drogadicción, el aislamiento social y, finalmente, la muerte por sobredosis con tan sólo 59 años.
Un triste final para un escritor sensible, detallista y perfeccionista hasta el límite que se vio engullido por su propia obra.
