Ayer leí una noticia que me pareció muy curiosa. Una bebida “mágica” que frena la decadencia física. Intentas enterarte algo más, indagar, contrastar la información, y resulta que siempre ves las mismas palabras, en el mismo orden, con firmas distintas. Incluso en periódicos “serios”. Entras en la página web de la NASA, y sólo consigues hablar con Harpo Marx. Te quedas igual. Así que, ¿qué haces? Confías en que será verdad, que no hay gato encerrado. O sí…
Os dejaré las dos versiones, los dos puntos de vista. Primero, el texto que estaba escribiendo para el artículo:
El artículo original
¿Para qué sirven los viajes espaciales? ¿Qué beneficios nos aportan en nuestro día a día?
La carrera espacial es muy costosa y los críticos tienen uñas muy largas. Puede que no seamos conscientes, pero estas excursiones más allá del cielo no son homenajes a “Verano azul”. Son productivas, créeme. A no ser que seas un ermitaño, tú mismo usas diariamente más de un “invento galáctico”. Vete tachando de esta lista: Códigos de barras, herramientas sin cables (un taladro, por ejemplo), el GPS, detectores de humo, las técnicas de desinfección utilizadas en hospitales de todo el mundo, el láser, el teflón (sartenes), el cierre de velcro, monitores cardiacos, el tubo dental, la tecnología actual del marcapasos, policarbonato (material de los discos compactos), Kevlar para neumáticos…
El último hallazgo es un elixir para la eterna juventud. Más o menos. No te imagines el Santo Grial que encontró Indiana Jones en su última cruzada, porque vas desencaminado. Harrison Ford disimula muy bien sus achaques, pero ya no es el mismo que pilotaba el Halcón milenario. No te engañes. Tampoco sueñes con disfrazarte de Peter Pan sin hacer el ridículo. Si bebes un trago, no volarás al país de nunca jamás. Tendrán que ser muchos más sorbitos; y nada de “refrescos cósmicos”, que sea tequila. ¡Ah! Y si lo que esperabas al leer el titular era un milagro como en Cocoon, te recomiendo que hagas cien largos en la piscina municipal, será más saludable, aquí no hay extraterrestres.
Veamos. En el año 2010, la NASA desarrolló una bebida denominada AS10. Está claro que Don Draper no se encargó de elegir el nombre. Qué poco comercial, ¿verdad?. El AS10 tenía propiedades que favorecían la protección contra la radiación solar. Un alimento necesario para los astronautas. Sin más secretos. La Universidad de Utah, sin embargo, quiso estudiar la bebida y hete aquí, que ha conseguido demostrar algo sorprendente. El refresco también ayuda a retrasar el envejecimiento.
El estudio ha contado con 180 personas a lo largo de cuatro meses. Somos ratas. Se introdujo el AS10 en la dieta diaria de esos voluntarios, casi todas mujeres, por cierto, y los resultados superaron cualquier expectativa. No sólo se redujeron las manchas de la piel causadas por los rayos ultravioleta en torno a un 30%, sino que, además, las arrugas provocadas por el envejecimiento remitieron un 17%.
L´orèal, Garnier, Ponds y Nivea ya están temblando, y sus abogados afilan los colmillos mientras esperan. Los consejos de administración se encuentran reunidos decidiendo qué hacer en esta crisis. No hay tiempo que perder. Lo que es mío es mío y lo que es tuyo es negociable, pero nunca al revés…
La bebida contiene una mezcla de frutas exóticas: Cupuaçu (una fruta brasileña de la familia de plantas del cacao), el açaí, acerola, tuna, nopal, granada y Yumberry. Su composición proporciona vitaminas y fitoquímicos, compuestos que bloquean los efectos nocivos de la radiación. Además, contiene muchos antioxidantes, lo que permite evitar el estrés oxidativo que causa el daño en las células de la piel.
El Doctor Aaron Barson, nutricionista de la Universidad de Utah encargado del estudio, resume así los resultados del mismo:
La piel es el primer tejido del cuerpo que se expone a los rayos UV y es sensible al estrés oxidativo. Nuestro estudio muestra que en gran medida se beneficia de una reducción de esta tensión. Los efectos del estrés oxidativo en la piel pueden ser rápidamente modificados y la piel puede curarse a sí misma bebiendo AS10.
Los resultados podrían haber sido mejores si se hubiese realizado el estudio durante el invierno, cuando la exposición a la luz ultravioleta habría sido menor.
El principal inconveniente es el alto precio de la bebida. Si quieres probarla, ya puedes sacar la cartera, el AS10 está a la venta. Una botella de poco más de medio litro puede conseguirse al módico precio de 50 euros. Tú verás, pero si compras 4 botellas de “Cune”, aún te sobra. Las mujeres del estudio bebieron un vaso de jerez (60ml) de AS10 cada día. Calcula. Te sale más barato un lifting…
La duda
Y ahora que ya has leído el artículo, te dejo estos dos enlaces. Uno de Nasawatch y el otro de Space REF. Lo que podrás leer ahí, en resumen, es que la Universidad de Utah dice que no tienen nada que ver con el investigador que se cita y que la NASA se desmarca completamente de esta investigación.
Aaron V. Barson, Jr. fue profesor adjunto de la Universidad de Utah desde 1988 hasta 2002. En la actualidad no tiene ninguna afiliación con la Universidad de Utah.
Habrá que seguir esperando. Si nada cambia, nuestras queridas arrugas van a ser compañeras de viaje hasta el final. Bueno, quizás tú seas un aventurero y un inconformista y quieras rivalizar con Indiana Jones en la búsqueda del Santo Grial. Yo no.
Conclusión
No pienso dártelo todo mascado, pero es obvio que tenemos dos problemas.
Uno concreto, acerca de la bebida en cuestión: AS10. Verdad o mentira. Nombran a la NASA y abres los ojos como platos, pero te relajas, esto es serio, no es un fraude. La noticia venía acompañada de unas rebuscadas e ininteligibles explicaciones científicas, que no aportaban nada a la esencia. A no ser que seas licenciado en biología. ¿Qué opinas? ¿Te lo crees o eres tan escéptico como yo? ¿Es una simple bebida energética que busca promoción a toda costa? ¿Un zumo de frutas? ¿Te apetecería conocer más explicaciones? ¿Por qué la NASA no menciona nada en su página web?
Y otro dilema, más general, que tiene que ver con la credibilidad de las informaciones que circulan por Internet. De nuestra capacidad crítica, de lo confiados que somos. Para Quevedo, la confianza es el mayor despeñadero. Tenemos que aprender a pensar, aunque a veces sea una pérdida de tiempo. Todos deseamos que haya múltiples fuentes de información a nuestro alcance, grifos que no se cierren nunca, que no estén controladas por ningún grupo de interés. Libertad. Queremos un debate público pero… también queremos la verdad. ¿Te fías de cualquier página web? ¿Sabes buscar en Internet? ¿Te has llevado algún susto? ¿Crees que habría que promover una institución reguladora que valorase la credibilidad de cada web? ¿Acabaría como el resto de instituciones? ¿Manchada y corrupta? ¿Prefieres la libertad absoluta?
