A lo largo de diez episodios de entre cinco y siete minutos de duración, The Confession narra la historia de un sicario que inicia una especie de discusión teológica con un sacerdote a través de una confesión que, en realidad, sólo lo es a medias. El sicario no se arrepiente de lo que tiene que hacer para ganarse la vida, opina que sus víctimas se lo merecen, pero quiere entender el mal. ¿El mal está en nuestra naturaleza o son las cosas que nos pasan las que nos empujan a él?
Pero no se trata tan sólo de una conversación/confesión ya que una parte importante de la historia está narrada mediante flashbacks del sicario en plena acción (nunca mejor dicho), a través de los cuales entendemos por qué el personaje es como es y qué es lo que le ha llevado a la situación en la que se encuentra. La historia, como veis, es más bien sencilla y nos muestra a un personaje con pocas aristas que incluso podría llegar a parecerse a Jack Bauer pero es que los poco más de cincuenta minutos que dura en total, como un episodio de serie tradicional o un mediometraje, tampoco dan para mucho más.
Pero en lo que realmente destaca The Confession es en su cuidadísima factura, y es que a pesar de estar pensada para poder rodarse lo más rápido posible (pocos actores, pocas localizaciones…), su fotografía y el montaje de las escenas de acción no tienen nada que envidiarle a muchas series de televisión convencional con un presupuesto infinitamente superior.
Si queréis echarle un vistazo a la, tal vez, última interpretación de Kiefer a lo Bauer, esta noche el canal AXN España emite toda la webserie seguida doblada al castellano. Pero si no tenéis ganas de depender de horarios o si os pilla en plena verbena de San Juan, está disponible online en la web del canal, aunque los que quieran escuchar las voces de Sutherland y Hurt tendrán que recurrir a YouTube.