Diario de un electricista

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En Xombit estamos atentos a la actualidad, queremos que seas el primero en conocer las noticias. Y que seas el mejor informado, por supuesto. Pasamos el día como el pensador de Rodin, pero no somos de piedra, y el caso del Códice Calixtino nos ha llegado al alma, así que anoche nos pusimos a investigar. Igual que el Papa tiene su VaticanLeaks, la policía, por muy extraño que os parezca, no es impermeable. Tenemos amigos, nos deben favores. Nos han filtrado una página del diario del electricista, el ladrón confeso. Un documento necesario para entender a este hombre y su venganza.

Hoy me he despertado a las 7:44, un minuto antes de que sonara el despertador. Me he vestido con desgana, por instinto, y he salido de casa pegando un portazo; por culpa del viento. El coche ha tardado en arrancar, tendré que llevarlo al garaje y decirle otra vez al “jefe”, que yo no pago IVA, que yo liquido mis cuentas en negro, al contado. Seré sutil.

Los coches son como las setas, proliferan cuando llueve. Mi rutina hecha añicos, he tardado más de 15 minutos en llegar a la cafetería de siempre. Un asco. A veces pienso que debería comprar un piso en Santiago y salir de O Milladoiro. Me adelantaban los caracoles, íbamos casi en caravana. Cuando pasaba por la Rúa de Santa Marta de Arriba, he visto un perro muerto olvidado en la cuneta. ¡Qué pena me ha dado! La ira de Dios me desconcierta, siempre sufren los más inocentes…

He desayunado café negro y un cruasán. Allí estaban todos, mis queridos excompañeros, los explotados habituales del cabildo catedralicio. Qué bien suena, ¿verdad? Son buena gente. Yo antes era uno de ellos, obedecía a Richelieu, un cuarto de siglo pisando esos estrechos pasillos sagrados; sin contrato fijo. A la hora de pagar, he sacado un billete de 500.

¿Tenéis cambio?

¡Eu carallo! Tú siempre igual, ¿eh, Manolo?

Se morían de risa, siempre entran al trapo. Xurxo se puso a hablar de la fiesta de la langosta, el tío vive como el Papa. Dos minutos después, ya no aguantaba más sus hazañas gastronómicas y he empezado a aplaudir hasta que se han callado. Un silencio sepulcral. Yo hincaría el diente… a otros animales… que se cuecen más, ¡Y solos! Esta vez no se han reído, pero he reaccionado rápidamente. ¡Una ronda de vino! ¡Pago yo! ¡Tengo un billete de 500!

Diaio electricista

A las 9:26 ya estaba contemplando la fachada del Obradoiro, cuatro minutos antes de la misa. Me encanta. Me coloqué donde siempre, en el quicio de una puerta, como si estuviera rezando ante la tumba de un canónigo. No soy un fariseo, yo creo de verdad, mi fe es verdadera. Poco antes de terminar, saqué las copias de las llaves de bolsillo del pantalón y me fui a dar una vuelta. Me encanta pasear a mis anchas por la catedral. Tom Cruise se aburriría si quisiera robar aquí, podría ahorrarse todos sus gadgets tecnológicos y sus piruetas de circo, las medidas de seguridad son de risa, de la época de los Picapiedra.

Mientras unos rezaban, yo caminaba por el claustro como Alí Babá por su cueva, había una alfombra enrollada junto a la fons mirabilis. Yo iba a lo mío, ni una mirada de reojo a la Sala capitular, directo al Archivo-Biblioteca de la catedral. Ni un alma. Me dieron ganas de aullar ahí dentro. ¡Cuántas averías habré reparado yo en este vetusto tendido eléctrico! ¡Una instalación antediluviana! ¡Con la pasta que tienen!

Diario de un electricista

¿Cómo pueden ser tan dejados? ¿No saben el valor de lo que tienen? Deán de la catedral de Santiago de Compostela y archivero mayor, José María Díaz. Menudo cargo más pomposo, perfecto para una tarjeta de presentación seria; o para quedarte sin amigos en el Tuenti. Sí, porque es como si tuviera 15 años, es un negligente. En la prensa dice que su peor pesadilla sería que le pasase algo al Códice Calixtino y, ¿cómo lo protege? No creo que deba guarecerse bajo la sombra de dos legionarios españoles, pero he escuchado que podrías venderlo por 6 millones de euros. Mínimo. No hace tanto, Bill Gates pagó 30 por un Códice de Leonardo Da Vinci.

Y ahí estaba, delante de mí. No es que corriese el aire, las puertas estaban abiertas de par en par. ¿Esto es una caja fuerte, un armario acorazado? Me río yo.

A su lado, el Tumbo A, otra obra bibliográfica valiosísima. El Códice Calixtino (mirado en Google, yo no nací sabio ni electricista) data del siglo XII. No es únicamente el primer mapa que encaminó a los peregrinos hasta la tumba del Apóstol Santiago en Compostela, sino que es también una obra de valor “identitario” y “clave” en la historia del hombre y del arte. El Códice reúne consejos, la ruta jacobea, las costumbres de los lugares por los que pasa el Camino… pero también contiene los sermones, los milagros de Santiago, miniaturas iconográficas que desvelan un nuevo estilo artístico en la zona occidental en la plástica románica. Su valor es incalculable. Este manuscrito es la primera guía del Camino de Santiago, la primera guía turística de la historia. Dos tesoros sin custodios. Advertencia: ¡Siempre se toca con guantes!

Al salir, decidí acercarme a visitar un despacho que conozco como la palma de mi mano, o como el código nacional eléctrico. No había nadie. Todo muy ordenado. Cogí unas cartas y unos papeles que había sobre la mesa. No sabía qué eran, pero no me importó, sabía de quién eran. Mañana lo estudiaré todo, pensé. Escupí en el botellín de agua.

Dinero Códice Calixtino

Hoy no he podido limpiar los cepillos de la Catedral. Las cajas de limosna a reventar, y yo vuelvo con el bolsillo vacío. Si los desprendidos feligreses, los miles de fieles que cada año peregrinan a abrazar la talla del apóstol Santiago, situada sobre los supuestos restos del mismo, supieran en qué se emplea la caridad cristiana, los donativos… Mi apartamento en la playa de La Lanzada, donde soy vecino de Mariano (Rajoy) es un grano de arena en el desierto. Evidentemente, lo pagué en efectivo, a tocateja, con billetes contantes y sonantes. Ni crédito hipotecario ni aval de la familia. Soy un simple autónomo. Con posibilidades…

Anoche soñé con el Códice Calixtino otra vez. Quien quiera robarlo, si se mueve bien y maneja los hilos con inteligencia, podría negociar con anticuarios o particulares en el mercado negro. No creo que se necesiten conexiones internacionales para venderlo. Si yo lo cogiese prestado algún día… esperaría una semana, y entonces ya sí, llamaría al deán desde una cabina telefónica para chantajearle. Que sufra, que pague en todos los sentidos. Si escucha mi voz amenazándolo con meter esa “primera Guía Campsa” en la lavadora, callará como un discípulo que escucha al maestro, no hablará con la policía. Lo sé, es un cobarde.

Yo sólo le pedí un contrato fijo, una estabilidad laboral, siempre estaba allí currando, no paraba. Era lo justo. Pero él no aceptó, claro. No aceptó. Yo no quería cotizar como autónomo, es así de fácil. Vale, es posible que me llevara algunos “contratos” de la basílica compostelana y que falsificara mi contrato, sí. ¡¿Y qué?! ¿No lo merecía? Son unos desagradecidos. Dicen que no había justificante de trabajo, que miraban y no sabían qué bombillas había colocado, ni dónde estaban esas obras que aparecían en mis facturas. ¡Me deben 40 mil euros! ¡ Y encima me despiden! En el 2005… ¡Un despido improcedente! ¡Maldito deán! ¡Lo pagarán!

Te voy a hundir, vas a caer

Creo que ésas fueron mis palabras exactas. Y no me refiero al botafumeiro.

El resto del día ha sido de lo más aburrido, he caminado una hora pensando en mis cosas. Y al llegar a casa, una discusión con mi mujer a causa de mi hijo. No aprende. Sobre eso escribiré mañana, ahora estoy cansado, me voy a dormir. Remedios está viendo Tele 5.

Nota de Xombit: Nuestra web no se hace responsable de la autenticidad del diario. Es más, hemos mirado por todas partes y no hemos encontrado anotaciones manuscritas del deán, por lo que desgraciadamente, pensamos que no es un documento fidedigno. Exclusiva rasgada.

Archivado en Catedral de Santiago de Compostela, Diario, Investigación, Misterio
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