Cuando alguien o algo recibe un premio atrae reflectores al por mayor. Pero esto no es necesariamente una buena cosa, pues mientras más luz se pose sobre algo mayor la posibilidad de que resalten los detalles negativos. Las expectativas que se generan pueden resultar mortales para quien las levanta, ya que si no se satisfacen la crítica se volverá dura y muchas veces despiadada. Si el premiado se trata de un libro, y el premio lleva el sello de la editorial Planeta, la cosa se complica. ¿Será realmente un buen libro o es mera estrategia de mercadotecnia? Y es que el segundo premio mejor dotado en el campo de la literatura –paga al ganador nada más y nada menos que 601 mil euros y sólo es superado por el Nobel– ha sido bastante criticado en los últimos años.
Pero pasada ya la tormenta se tiene tiempo de acercarse a las letras por motivos distintos a los de la atención mediática. Este es el caso de la novela finalista de este premio en su edición del 2011: Tiempo de arena de Inma Chacón. Lo primero que resulta atractivo es la simpleza de su título que, no obstante, está lleno de sentido. No sólo es una buena referencia al reloj de arena, milenario instrumento que sirve para medir un intervalo de tiempo, sino que también resulta una bella metáfora que nos remite al pasado. Nos dice la autora: “El pasado sólo es arena depositada en el globo inferior de un reloj. Tiempo de arena silenciosa y quieta, que sólo tiene sentido si una mano la hace girar y le devuelve el movimiento.” (p. 411)
La novela se ambienta en la España de finales del siglo XIX y principios del XX teniendo como protagonistas a tres hermanas terratenientes de Toledo: Mariana, Munda y Alejandra. Es una cuarta, Xisca hija de Mariana, la que irrumpe con un grito en su lecho de muerte al inicio de la historia: ¡Mis hijos! ¡Mis hijos! Nada del otro mundo si no fuera porque hasta ese momento nadie sabía de la existencia de esos niños por los que gritaba la moribunda. Se abre así el misterio y el entramado de secretos que se irán descubriendo a lo largo de las páginas. La narración, fiel al título, sigue saltos temporales bien armados. Como si se tratase de perseguir un puñado de arena llevado por el caprichoso viento. El desarrollo de los personajes es bastante sólido pintándonos tres personalidades muy distintas, aunque con profundas afinidades.
Sin duda que se trata de una novela femenina en el mejor sentido que puede tener esta expresión. Y es que el texto logra mostrar de manera fascinante la lucha por los derechos de la mujer (que inicia desde el fuero interno de algunos de los personajes) y, más aún, por el reconocimiento en una sociedad en la que impera el machismo. Esto es lo que más se agradece y lo que le hace un buen libro: nos abre una ventana para ver cómo han cambiado las cosas y lo que queda por recorrer todavía. Esto acompañado, por supuesto, por una historia de misterio que te mantiene pegado a sus páginas. Episodios emocionantes, dilemas internos entre el amor, el dinero y la lucha por la igualdad social, personajes secundarios entrañables y, sobre todo, un lenguaje ameno y accesible que nos regala de cuando en cuando momentos de verdadera inspiración.
Llama la atención que Inma Chacón se centre tanto en el papel del pasado: “Y el pasado es un peso del que hay que saber liberarse para que no se convierta en tristeza.” (pp. 180-181) De aquí la importancia de los capítulos que nos vuelven en el tiempo, pues la pregunta que parece guiarlo todo es: ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Esto desata una búsqueda de eso a lo que llamamos verdad, la verdad propia que da sentido a nuestra historia personal y particular. Un elemento que dota de intriga al libro y mantiene constantemente el interés –con el acertado apoyo de elementos misteriosos por sí mismos como el de la masonería. En suma, una muy excelente opción para quien quiera leer una buena historia y aprender un poco del pasado en clave femenina. Enhorabuena por Chacón que, hemos de decir, ha sido finalista por méritos propios. ¿Os atrae la lectura del libro? ¿Lo habéis leído ya o lo apuntáis a la lista del verano?