No se puede decir que la NBC no haya vuelto a contar con series adoradas por la crítica. Ha tenido y tiene unas cuantas en su parrilla (30 Rock, Community, Parks & Recreation o The Office antes de degenerar en la serie zombie que es ahora) pero el gran público, el generalista, se fue a ver Modern Family a la FOX y no parece que tenga intención de volver. Al menos no con la series que tiene actualmente en su programación.
¿Y cómo conseguirlo? Pues parece que creen que la solución pasa por coger un producto que gusta a la crítica, en este caso Community, y adaptarlo a un actor como Matthew Perry, (antiguamente) adorado por el público y símbolo de tiempos más lustrosos de la propia cadena. Si a eso le sumamos que su creador es Scott Silveri, antiguo guionista de Friends, está claro que su intención es volver a tener una serie inteligente de la que la gente no huya despavorida. El problema es que hay que tener en cuenta que Silveri también es creador de Joey, el desastroso spin off de Friends, y de la no menos desastrosa Perfect Couples. Y eso no es un buen augurio.
Tampoco es demasiado buen augurio que Perry parezca empecinado en interpretar una y otra vez el mismo personaje, sobre todo en cuando a comedia se refiere. Ryan King, protagonista de Go On, es una continuación de Ben Donovan, protagonista de Mr. Sunshine, que a su vez era una versión más depresiva de Chandler Bing. Tal vez por eso me pasé todo el episodio piloto con la sensación de que Monica Geller (nuestra Monica) se había muerto en un accidente de coche y que a Chandler le obligaban a ir a terapia de grupo para lidiar con su duelo y así poder recuperar su trabajo (que ahora resulta ser como presentador de un programa deportivo de radio). Es decir que lo único que cambia es el entorno.
Y precisamente es ese entorno el que podría salvar la serie de la quema ya que son los personajes con los que se relaciona King los que realmente dan color a Go On. Por ahora sólo hemos podido ver el piloto, y hasta septiembre no veremos el resto de episodios, pero queda bastante claro que el éxito dependerá en gran medida de cómo manejen las tramas de los peculiares integrantes del grupo de terapia, que más que compartir desgracias, compiten por ver quién la tiene más grande.
En fin, que Go On, como prácticamente todas las comedias de estreno, todavía tiene que encontrar su tono y afinar sus chistes. Por suerte cuentan con margen de maniobra más que suficiente, pero esperemos que no confundan lo generalista con lo seguro. Temas como la muerte, la pérdida y el duelo pueden dar mucho de sí (Six Feet Under, Dead Like Me) pero sólo si se arriesga. Por nuestro bien, y por la salud de Matthew Perry, esperemos que se atrevan.