La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde

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La importancia de llamarse Ernesto fue la última obra de teatro publicada y estrenada por el corrosivo Oscar Wilde. Una obra deliciosa que encierra toda la esencia del dramaturgo irlandés con dosis de cinismo, ingenio y viveza difíciles de encontrar en cualquier otro autor. Un equilibrio de confusiones, juegos de palabras y dobles sentidos del que el autor consigue salir airoso mostrado su enorme calidad en territorios en los que la gran mayoría de los escritores zozobrarían.

La importancia de llamarse Ernesto es una obra de teatro tan bien escrita que puede ser disfrutada a través de una lectura a niveles tan altos como asistiendo a su representación sobre las tablas de un escenario, una difícil virtud que sólo consiguen los grandes maestros del género.

Con un desarrollo propio de las comedias de enredo Wilde utiliza su magnífico dominio de la palabra para denunciar la doble vida que la sociedad impone: por un lado es necesario ser formal y correcto y, por otro lado, hay que buscar una escapatoria, un margen para actuar y vivir como realmente nos apetece a fin de no perder la cabeza. Esta denuncia social era válida para el momento en que se escribió (desmenuzando los modos y costumbres de la sociedad victoriana de finales del siglo XIX) y, en cierta medida, sigue siendo válida hoy: “nadie es tan guapo como en su foto de perfil de Facebook ni tan feo como en su DNI”, es decir: la imagen que proyectamos de nosotros mismos depende en gran medida del entorno en que nos encontremos.

oscar wilde

Transitando por las páginas de esta obra nos encontramos con todo un muestrario de ingeniosas frases y pensamientos que el autor es capaz de introducir en el texto de una manera natural sin llegar a forzar la situación para que la sentencia encaje y que vienen a mostrar la particular visión de la vida que tenía Oscar Wilde. Esta frases, eslóganes o como quieran llamarse constituyen uno de los pilares fundamentales del éxito de esta obra como lectura: si las palabras van despacio es más fácil agarrarlas, analizarlas y deglutirlas y, en el caso de leer el libreto podemos ir tan despacio como queramos y releer una y otra vez aquella frase que tanto nos ha impactado.

Para concluir, comentar que el título original es The importance of being Earnest y que constituye en sí mismo el primer juego de palabras de la obra: por un lado Earnest es fonéticamente muy similar a Ernest (el nombre propio) y significa severo, por lo que, dejando atrás el histórico error de traducción, el título en castellano debería ser algo así como La importancia de ser Severo.

¿Aún no has leído uno de los libretos más hilarantes de todos los tiempos? Atrévete.

Archivado en Comedia, Humor, Literatura, Oscar Wilde, Teatro
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