Un tigre blanco en Santiago, el triste final de la vida de Pampa

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El Zoológico Metropolitano en Santiago de Chile ha sido testigo de una muy desafortunada historia. El saldo es un trabajador herido y uno de los ejemplares del zoológico muerto. Pampa, tigre blanco perteneciente a una especie en peligro de extinción, ha muerto de un tiro, aparentemente necesario, para salvar la vida de su cuidador. Los hechos aún no terminan de aclararse, pero la indignación ya se hace sentir en las redes sociales. Aquí os dejo la historia y algunas líneas de opinión.

Pampa, tigre blanco de ocho años de edad, y José Silva, su cuidador en el Zoológico Metropolitano de Santiago de Chile, han tenido un trágico encuentro. El saldo es la muerte del felino y un estado crítico de salud del trabajador. La historia todavía no termina de aclararse, por lo que lo único cierto es que el empleado fue atacado por Pampa y éste terminó recibiendo un tiro que acabó con su vida. La polémica no se ha hecho esperar, pues en principio el protocolo de seguridad marca que no debe haber contacto entre animales humanos y no humanos. ¿Error humano? Las asociaciones de animalistas alzan la voz ante un caso que les da un argumento para sostener que los zoológicos no son sino prisiones para animales.

Especie en peligro de extinción

Una historia llena de dudas

De acuerdo al informe policial, José Santiago Silva Saldías ingresó a la jaula de Pampa para alimentarle, pero de manera no especificada el tigre ingresó a donde se encontraba la ahora víctima atacándole inmediatamente. Testigos afirman que tras ser arrastrado dentro de la jaula, Silva fue auxiliado por personal del zoológico intentado ahuyentar al felino con dos disparos al aire. Al no tener éxito se optó por disparar a Pampa con una escopeta, pues la vida del cuidador estaba en peligro.

Mauricio Fabry, director del Zoológico Metropolitano, aseguró que la decisión se tomó siguiendo el protocolo, pues “una segunda mordida en el cuello le hubiera costado la vida” al trabajador. ¿Por qué no usar anestesia? El funcionario responde: “Un dardo anestésico demora entre dos a cinco minutos en hacer efecto, en esos dos a cinco minutos en este caso pueden ser fatales, de hecho estamos hablando de cosa de segundos”. Así, en un caso como este, además de la anestesia hay siempre un tirador adicional que dispara en caso de que la vida humana esté en peligro. Queda por aclarar cómo es que Silva y Pampa entraron en contacto directo.

Su función está en entredicho

Zoológico: ¿institución educativa o prisión animal?

La indignación por la muerte de Pampa llenó las redes sociales y llegó rápido a los medios locales. Fabry ha declarado que cuentan con un psicólogo que brinda apoyo a los funcionarios que estuvieron presentes en el ataque, pues hasta sus propios hijos les piden la razón por la que se decidió matar al felino. Y es que, más allá de distinciones de especie, existe un valor que todo ser vivo tiende a preservar: el de la vida. De aquí puede partirse para debatir en torno a un tema que nunca resulta sencillo, pero que es cada vez más necesario.

Mahatma Gandhi decía: “La calidad de una cultura se mide por su trato a los animales”, idea ante la cual podemos preguntarnos ¿la vida que llevan los animales de un zoológico es una vida digna?, ¿nuestro afán de observarles y conocerles es argumento suficiente para confinarles de por vida? Hay una pregunta fundamental de fondo: ¿qué privilegio tiene la especie humana sobre el resto de las especies de este planeta? Bien se puede recurrir al argumento bíblico que pone a los animales al servicio del hombre, del primer hombre, que es quien ha tenido la tarea de nombrarles para culminar así el acto de posesión simbólica. Pero más allá de razones de esta índole resulta difícil pensar en cómo justificar el trato que damos a otras especies.

Así era la vida del ahora fallecido

Sirva lo anterior para no dejar pasar sin más la pregunta clave en esta historia: ¿qué hace un felino en peligro de extinción confinado en una jaula? Error humano, desafortunado accidente, instinto animal, descuido, temeridad humana, exceso de confianza, y cualquier otro ingrediente que se quiera agregar para explicar el suceso, siempre supondrá la presencia de un ser viviente puesto en cautiverio de manera arbitraria. No se trata, entonces, de encontrar el lado diabólico de una de las partes y la santidad en la otra, sino de reconocer errores y encontrar soluciones para que situaciones así no se presenten de nuevo. Cuestionar el sentido de los zoológicos y lo que sucede dentro de ellos es, por tanto, inevitable.

Mientras tanto, deseamos que José Silva se recupere satisfactoriamente y esperamos que la desafortunada muerte de Pampa no quede en la penumbra. Al fin y al cabo parece que todo movimiento que busca un cambio radical en el estado de las cosas requiere de mártires. Hoy un tigre blanco de ocho años de edad que no hacía nada fuera de aquello que le es propio se convierte en rostro de una lucha que esperemos dé a sus congéneres mejores condiciones de vida. Descanse en paz Pampa. ¿Qué opináis de esta historia?

Archivado en Animales, Zoológico
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Comentarios (3)

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  • Ricardo Cruz dice:

    Como siempre, culpa del animal que actúa por instinto, ese instinto que por naturaleza tiene debido a que es animal salvaje y que su lugar no es un zoológico sino un hábitat natural. En este caso el único animal es el ser humano, pues cree que tener a una belleza de la naturaleza entre rejas para entretener a los demás es algo bueno. Definitivamente,somos los únicos animales que existe sobre la faz de la tierra, pues no actuamos por instinto sino que lo hacemos conscientes del mal que hacemos

  • bueno como siempre,culpa el animal que actua por intinto. en caso el unico ani+mal es el ser humano.

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