Llevamos unos meses en los que hablar de guerra de patentes es el pan de cada día de los blogs de tecnología y curiosidades, así que vamos a seguir con la tendencia de comentar estos hechos. Esta vez no se trata de una batalla entre dos grandes multinacionales, sino que, al parecer, el servicio de ferrocarriles suizo SBB (Schweizerische Bundesbahnen) ha acusado a Apple de copiar los relojes de sus estaciones para una aplicación de iPad.
La verdad es que las similitudes entre ambos relojes son muchas, y lógicamente, incitan a preguntarse si realmente Apple se basó en ellos para diseñar el de la aplicación. Pero, ¿por qué tanto jaleo, si es sólo un reloj?
La respuesta es sencilla: no es uno cualquiera. Lo cierto es que el reloj que usa la compañía de ferrocarriles suizos es un símbolo nacional. En 1944 Hans Hilfikeren lo creó, y la empresa de trenes se quedó con los derechos de autor del mismo, por lo que nadie puede usar ese diseño sin permiso de la SBB. Entonces, ¿por qué se venden réplicas del mismo? Muy sencillo: hay una única empresa en el mundo que fabrica esas copias, y es la única compañía que tiene autorización de la Schweizerische Bundesbahnen para usar el diseño, por lo que lo hace de forma legal.
El problema es que Apple no ha solicitado permisos, por esto el representante de la empresa de ferrocarriles, Christian Ginsig, ha declarado:
Estamos orgullosos de que Apple usara el reloj del sistema ferroviario suizo. Confirma una vez más el valor de su diseño. Pero la compañía lo hizo sin autorización.
La SBB considera que los de Cupertino no han actuado como deberían haberlo hecho, por esto intentará conseguir una compensación económica antes de llegar a los tribunales. Sin duda, mejor arreglarlo sin tener que pasar por delante de un juez, pero tal vez Apple no quiera dar la razón a los suizos, cosa que no me extrañaría porque los de la manzana no son muy de dar la razón y reconocer errores.
En cualquier caso, ¿consideras que el tema de denuncias entre corporaciones está llegando a un punto ridículo, o crees que la SBB tiene que reclamar ese diseño como sea?
Quien siembra vientos…