Line, o lo que Whatsapp debería haber sido desde un principio

Desde hace unos años, desde el comienzo del boom de los smartphones y el Internet móvil, nuestra mayor ambición es estar conectados estemos donde estemos. Esto lo conseguimos gracias a las redes sociales o a los clientes de mensajería instantánea. ¿He dicho clientes? ¿En plural? Es curioso, porque pese a que existen montones de diferentes aplicaciones que nos permiten mandar mensajes de texto, imágenes, vídeos o grabaciones de voz, para todo el mundo existe una, solo una. La que ostenta el título de rey de la mensajería instantánea a día de hoy. Y es, cómo no, Whatsapp (o el guasap para algunos).

Pues sí, Whatsapp se encuentra en la mayoría de los terminales de todos los usuarios del mundo ahora mismo, y aunque en un principio no era muy partidario de usarlo en mi iPhone y prefería usar los que existían desde mucho antes en la App Store, al final no te queda más remedio que instalarlo y usarlo, ya que si no, es como si te encontraras solo en una isla desierta y para todos serás el incomunicado. Muchas han sido los intentos de fabricantes y operadores lanzando sus propias aplicaciones nativas para intentar destronar al rey, incluso Apple lo intentó con el lanzamiento de iMessages, pero nada se puede hacer para conseguir que el rey se baje de su trono.

Pese a todo, no es que Whatsapp pueda presumir de ofrecer el mejor servicio de todos. Además de los cuelgues repentinos que sufre cada cierto tiempo, apenas ha variado en interfaz ni en funcionalidad en años, hace no demasiado tiempo que añadieron los chats grupales, y todavía no han sido capaces, casi dos meses después, de actualizarse a la pantalla de 4″ del iPhone 5. Debido a esta incompetencia y otras cuantas, no somos pocos los que empezamos a buscar alguna alternativa igual o mejor a lo que pueden ofrecernos los chicos de Mountain View, y por eso os traigo hoy Line, una alternativa venida desde el mismísimo Japón con características perfectamente capaces como para hacerse hueco entre los grandes de las tiendas de aplicaciones (en el momento de escribir este artículo ya se encuentra en el séptimo puesto de las más descargadas de la App Store).

Y bueno, lo que se preguntará todo el mundo a estas alturas, ¿qué ofrece Line que no pueda darme Whatsapp? Para empezar, es multiplataforma y gratuita en todo su ecosistema. Está disponible para iOS, Android, Blackberry y Windows Phone en su versión móvil y, atentos, en su versión de escritorio, para OS X y Windows, nada mal ¿eh? Solo con esto ya tendría algo de ventaja frente a Whatsapp. Line ofrece, como casi toda la competencia, chats grupales, envío de imágenes, vídeos, grabaciones o localizaciones. Por supuesto, tiene integración con nuestra agenda, de modo que no hace falta agregar a los contactos, pues aparecerán según vayan creándose una cuenta. Además, tenemos diferentes modos de agregar contactos, podemos optar por simplemente escribir su nombre de usuario, apuntar con la cámara al código QR personal de cada cuenta o simplemente chocar los teléfonos y agregarlos como por arte de magia.

Entre otras características, tenemos la posibilidad de realizar llamadas de voz y también un pequeño timeline de los estados de nuestros contactos. Pero sobre todo, la función que más me ha llamado la atención es la posibilidad de utilizarlo tanto en la versión de escritorio como en el móvil de manera completamente sincronizada, pudiendo mandar archivos en cualquiera de las direcciones. Incluso, tiene la opción de que no se envíen notificaciones a la versión móvil si estamos usando el cliente de escritorio, haciendo de escribir una delicia, ya que no tenemos sonidos indeseados por todos lados.

De todos modos, aún tiene mucho que pulir, y tiene algunas cosas que no me terminan de gustar, como por ejemplo el hecho de que, al ser japonesa, todo esté inundado de iconos, pegatinas o imágenes que te harán sentirte como en un anuncio de esos de la televisión japonesa que tanto miedo dan; además de que está completamente en inglés, algo que a muchos de por aquí quizás pueda no sentarle demasiado bien y por ahora no está tan extendido como desearía como para acabar de sustituir a Whatsapp, pero no dudo de que sería una firme candidata a alzarse con el premio de ser la mejor aplicación de mensajería instántea si puliera algunos detalles. De ser la más usada mejor ni hablemos, no creo que mucha gente quiera abandonar su guasap de toda la vida para irse a una opción “tan compleja” (nótese la ironía) como esta o cualquier otra que no sea la que todos conocemos. Pero bueno, es un gran intento que funciona francamente bien, ¿qué más se puede pedir?