Seamos realistas, las actuales consolas de Sony y Microsoft ofrecen unos gráficos suficientemente buenos para la mayoría de los usuarios, disponen de un amplio catálogo que se renueva constantemente y de sendos controladores por movimiento que atraen al público menos entusiasta. A esto hemos de sumarle que la situación económica mundial no es óptima, y nos encontraremos con que probablemente las sucesoras de estas máquinas no lleguen hasta finales del año 2013. Puede que la Wii U ya esté en el mercado, pero su apuesta es por la originalidad, no por la potencia, y no merece llamarse “nueva generación”.
Parece ilógico que vivamos un ciclo tan largo en el sector del ocio electrónico cuando la tecnología no deja de avanzar. Nuestros smartphones, televisores, tablets o portátiles quedan obsoletos en un par de años debido a la presentación de sorprendentes características o la optimización de alguna de las existentes. ¿Todos estos adelantos no podrían aplicarse a las videoconsolas? Por supuesto que sí, nuevos procesadores, tarjetas gráficas o dispositivos de almacenamiento harían multiplicar sus capacidades. Que este hardware no se haya renovado hace tanto tiempo implica que estamos disfrutando de un aspecto visual del pasado, y que nuestras experiencias jugables deberían haber evolucionado hace tiempo a un nivel superior.
¿Quién se ha beneficiado de esto? La compañías de videojuegos se han ahorrado inversión y riesgos retrasando la renovación, pero muchos usuarios también estarán agradecidos. A los que la tecnología visual superior y los avances técnicos nos entusiasman, esta situación no nos gusta. Pero el consumidor más general, que no siempre necesita lo último de lo último, debería estar contento de que su máquina haya durado tantos años y de que la cantidad de juegos lanzados nunca decayese. Hay muchos que no tienen prisa por un salto generacional, y sus argumentos resultan lógicos, aunque yo no los comparta.
En cualquier caso, son ya muchos los rumores de que en 2013 saldrán las sucesoras de Xbox 360 (que tendrá entonces ocho años) y de PlayStation 3 (que alcanzará los siete). Seguramente sus creadores hubieran intentado estirar incluso un poco más su vida, pero la presentación de Wii U les ha supuesto una presión añadida, y un año de ventaja en el mercado puede resultar de vital importancia; más tiempo representaría una locura comercial. No puedo dejar de alegrarme de que dejemos atrás las obsoletas consolas actuales, y deseo que nos espere una generación con muchas innovaciones jugables, pero también con una considerable mejora gráfica.
¿Qué opinas de este tema? ¿Te gustaría que tu máquina durase un poco más, o crees que ya va siendo hora de jubilarla?