Cómo cerrar sesión de Gmail desde otro ordenador

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La privacidad es uno de los temas más socorridos en el mundo digital. Un uso responsable de las herramientas con las que contamos hoy en día es fundamental. Aunque siempre podemos despistarnos y, por ejemplo, dejar abierta nuestra sesión de correo en el ordenador de una amigo o, peor aún, de nuestra pareja. Si esto os pasa con vuestra cuenta de Gmail aquí os dejamos un sencillo truco para remediarlo.

El servicio de correo electrónico de Google

Hay una gran cantidad de usuarios del servicio de correo electrónico de Google. Su integración con otras herramientas de la gran G le hacen una opción sumamente atractiva y relativamente sencilla de utilizar. Digo relativamente porque siempre quedan pequeñas cosas por aprender, algunas que realmente podrían salvarnos el día. En esta ocasión os traemos un sencillo truco para los despistados que no acostumbran cerrar su sesión de Gmail cuando la inician desde un ordenador que no es el propio. Y vaya que esto podría dar algunos dolores de cabeza, pues no siempre resulta conveniente que ese amigo del alma o tu pareja –potencial catástrofe– tengan acceso a tu correspondencia. Tanto el amor como la amistad se conservan mejor con un poco de sana intimidad. Esto por decir lo menos.

Una vez que os halláis dado cuenta del error tenéis que acudir rápidamente a un ordenador y entrar en vuestra cuenta. Abajo del todo, en la esquina inferior derecha, encontraréis la opción Información Detallada, que es vuestra salvación. Al pinchar en ella os aparecerá una ventana donde encontraréis la actividad reciente de la cuenta. Ahí mismo podréis ver el botón para cerrar todas las demás sesiones. Sólo hace falta dar click sobre ella para comenzar a respirar de nuevo. Esto también funciona si alguna vez habéis pedido un móvil para hacer una revisión de emergencia o simplemente para corroborar que no habéis dejado vuestra sesión abierta a ojos impertinentes.

Truco para cerrar la sesión de Gmail

Ya lo tenéis. Ya nadie podrá tener acceso a esas conversaciones privadas que es mejor mantener de esa manera. Claro, siempre hace falta darse cuenta a tiempo del fallo y acudir a máxima velocidad al ordenador más cercano. La privacidad no es sólo una cuestión de invasión, nosotros también podemos colaborar involuntariamente dejando migas para los pájaros curiosos y hambrientos. Si os ha pasado seguro que esta información os servirá. Esperemos que no haya sido demasiado tarde.

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