Banshee (Cinemax)
De qué va: Lucas Hood es un ladrón de diamantes que sale de la cárcel tras quince largos años de confinamiento con ganas de saldar cuentas con su antigua complinche y amante. Ésta ahora lleva una vida ejemplar bajo una nueva identidad en Banshee, una pequeña población de Pennsylvania con una fuerte presencia de la comunidad amish a la que fue a parar huyendo de Mr. Rabbit, un peligroso gangster ruso al que ambos traicionaron en su último golpe. Por casualidades de la vida, Lucas acaba suplantando la identidad del sheriff del pueblo, lo que le permite estar cerca de su ex-amante sin despertar sospechas mientras imparte justicia a base de tortas, su especialidad, ganándose así la enemistad de Kai Proctor, un poderoso empresario ex-amish que dirige la mafia local.
El resultado: Cinemax vende Banshee como un serie de Alan Ball, creador de A Dos Metros Bajo Tierra y True Blood, cuando en realidad éste tan sólo actúa como productor, y eso, más que ayudarla, la acaba perjudicando. Es verdad que la serie contiene muchos de los elementos habituales en las series de Ball (acción, violencia gratuita, sexo explicito, personajes secundarios peculiares…) pero, en comparación, el producto resultante no pasa de ser un sucedáneo barato que por momentos se acerca a Spartacus y ni las cosas buenas, que las tiene, lo logran compensar. Banshee es una serie difícil de recomendar pero problablemente gustará a los fans de Walker, Texas Ranger y las películas de Charles Bronson. Ya tiene asegurada una segunda temporada.
The Following (FOX)
De qué va: James Purefoy (Roma) es Joe Carroll, un carismático profesor de literatura especializado en literatura romántica y que se cree algo así como el heredero de Edgar Allan Poe que se escapa de la cárcel en la que lleva confinado ocho años por asesinar a catorce jóvenes estudiantes gracias a una red de seguidores que harían lo que fuera por él. Para atraparle, la policía recurre a Ryan Hardy (Kevin Bacon), el ex-agente del FBI que le atrapó y que ahora, apartado de servicio por, entre otras cosas, mantener una relación con la mujer de Carroll, se dedica a beber como un cosaco para calmar a los demonios que le atormentan. La excursión de Carroll tiene dos objetivos: completar su opera magna, es decir, asesinar a la única estudiante superviviente y amargarle la vida a Hardy convirtiéndole en el protagonista de su nueva obra.
El resultado: El debut televisivo de Kevin Bacon hereda su emboltorio del cine de suspense de los noventa tipo El Silencio de los Corderos o Se7en pero también del slasher al que tanto aportó Kevin Williamson, creador de la serie, con la saga Scream o Sé lo que hicisteis el último verano que no consigue ocultar que, en el fondo, no es más que es un procedimental más, con sus asesinos/seguidores de la semana. Por otro lado, las continuas (y superficiales) referencias a Poe y la burda utilización del esquema del viaje del héroe de Campbell pretenden dotar al conjunto de una pátina intelectual que realmente no tiene, y sí, puede que para algunos cuele, pero apuesto a que a muchos de los que hayais estudiado una carrera de letras le provocará ganas de arrancarse los ojos.
Si te gustan los thrillers que no te obliguen a pensar demasiado y que te den un sustito de vez en cuando, The Following es tu serie. Y si eres un adolescente que acaba de descubrir a Poe, pues también.
The Americans (FX)
De qué va: Años ochenta, en plena Guerra Fría. Elizabeth (Keri Russell, Felicity) y Philip Jennings (Matthew Rhys, Brothers & Sisters) son un matrimonio modélico de clase media que vive junto a sus dos hijos en un tranquilo barrio residencial de Washington en su casa con jardín y que hace eso tan americano de recibir a los nuevos vecinos con brownies. Pero detrás de esta idílica estampa se esconden dos agentes del KGB entrenados para hacer lo que sea por la Madre Rusia. O casi. Y es que ¿qué pasaría si sus hijos se enterasen de la auténtica identidad de sus padres? Por si eso no fuese suficiente dolor de cabeza, al vecindario se muda un perspicaz agente del FBI especializado en espionaje y acostumbrado a sospechar de todo el mundo.
El resultado: The Americans tiene una puesta en escena sobría y fría, tan fría como lo fue la guerra soterrada que mantuvieron durante décadas Estados Unidos y la Unión Soviética, y se atreve adoptar el punto de vista del espía, algo que en Homeland es tan sólo puntual, obligándonos a empatizar con unos personajes que, en teoría, son los malos de la película. Y digo en teoría porque que el gobierno estadounidense utiliza las mismas estrategias para debilitar al enemigo, lo que demuestra que ni unos son tan buenos ni los otros tan malos. Además, es especialmente interesante la manera que tienen de mostrarnos el lado humano de sus protagonistas a partir de su relación con los hijos, unos niños educados en unos valores que no sólo no son los suyos sino que son la causa de que hayan hipotecado sus vidas.
Pero no todo en The Americans es bueno. Algunas situaciones son demasiado forzadas, el presupuesto para pelucas es más bien justito y en el piloto se abusa de los flashbacks pero, en general, sus múltiples aciertos compensan sus fallos y plantea un escenario que puede dar muchísimo de sí.
The Carrie Diaries (The CW)
De qué va: Carrie Bradshaw (AnnaSophia Robb) es una inocente adolescente que vive en un pequeño pueblo de Connecticut junto a su padre y su rebelde hermana pequeña pero que sueña con convertirse en escritora de éxito en la Gran Manzana. Acaba de perder a su madre como consecuencia de un cáncer y su padre, un poco sobrepasado por sus nuevas responsabilidades, le consigue unas prácticas en un bufete de abogados de Nueva York con la intención de proporcionarle una válvula de escape pero también de alejarla del chico nuevo del instituto. Allí conoce fortuitamente a Larissa, una editora de estilo de revista de moda que le abrirá las puertas a un universo nuevo de fiestas glamourosas llenas de gente interesante.
El resultado: Teniendo en cuenta la dudosa calidad de los productos derivados de Sexo en Nueva York (me refiero a sus films, claro), The Carrie Diaries no auguraba nada bueno y, tal vez por eso, ha acabado sorprendiendo favorablemente. Evidentemente se trata de una serie teen interpretada por actores no tan teen pero no cae (al menos por ahora) en el culebroneo absurdo en el que sí cayeron Gossip Girl o la nueva 90210, las dos series que un día fueron estandarte de The CW. Eso quizás la haga más infantil pero le permite mantener una cierta coherencia y eso se agradece. Lo mejor, su selección musical y su estética ochentera modernizada que embellece una época estéticamente espantosa.
Do No Harm (NBC)
De qué va: El doctor Jason Cole (Steven Pasquale, Rescue Me) es un neurocirujano de éxito, carismático y compasivo que esconde un oscuro secreto: cada noche a la misma hora se convierte en Ian Price, un peligroso sociópata que parece empeñado en arruinarle la vida. Durante años Jason ha conseguido controlar su personalidad alternativa a base de inyecciones, pero su cuerpo ahora es inmune a la droga que desarrolló él mismo e Ian está descontrolado. Ha vuelto lleno de rabia acumulada y con ganas de vengarse de su compañero de cuerpo destrozando todo lo que ama.
El resultado: A parte de ser una versión moderna de Jekyll y Hyde ¿qué es Do No Harm? ¿Es una serie médica? ¿Un thriller? Ni ella misma lo sabe, eso sí, tiene el honor de ser el peor estreno de serie de las Big Four (ABC, FOX, CBS y NBC) desde que implantaron el actual sistema de medición de audiencias. Do No Ham es mala, barata, tiene momentos muy ridículos y un actor protagonista sin carisma que, por muy bien que nos caiga a los seguidores de Rescue Me, le queda muy grande lo de interpretar a dos personajes. Yo no perdería el tiempo con esta serie, seguramente están escribiendo el comunicado de su cancelación en estos momentos.
Actualización: La NBC ya ha anunciado su cancelación.
En unos días volveremos con más estrenos pero hasta entonces, ¿quién se anima a comentar? ¿Tenéis alguna petición para el próximo repaso?
The Following, un serial de los que harán época.
Yo he visto dos episodios de The Following, y tienes razón, Cèlia. No es demasiado original, y las referencias a Edgar Allan Poe son superficiales. Todo huele a déjà vu. Es una idea demasiado pillada por los pelos. Daba para una película, no más. Eso sí, tiene ritmo y Kevin Bacon sigue manteniendo su magnetismo. Veremos si me animo a ver el tercero. 🙂