Todos recordáis a la autora de la saga que ha recaudado millones de dólares con su proyección, también sabréis que esta franquicia antes de ser llevada al cine, fue una serie de libros que obtuvo grandes cantidades de dinero en casi todas las partes de este gran mundo. Sí, estoy hablando de Crepúsculo o Twilight de Stephenie Meyer.
Esta saga nos ha situado en un pueblo de Washington donde vampiros y hombres lobo han convivido durante mucho tiempo, y todos sabemos que relata la historia de amor de Bella, una humana, con Edward, un vampiro. Pues bien, la nueva obra de Stephenie Meyer, The Host o La Huésped, tiene algunas cosas en común con la anterior historia pero en realidad son realmente diferentes.
Ambas relatan historias de amor entre razas: un vampiro y una humana, y una alienígena y un humano. Sin embargo estas historias, aunque transcurren de forma similar, puesto que siempre hay alguien que se opone a esa relación que es el “tercero en discordia”, son bastante diferentes a la hora de relatarla ya que, en “The Host” esta historia de amor se ve imposibilitada porque la mujer que hospeda al alma (así se llaman los alienígenas de Meyer) se opone al amor que empieza a sentir ese ser por otro humano ya que el alma está utilizando su cuerpo y ella está enamorada de otro de los chicos.
En Crepúsculo nos encontramos con la típica historia de Drácula, solo que sin sangre y con unos vampiros algo peculiares que no tienen nada que ver con la primera vez que se escribió algo acerca de ellos, como fuera el Drácula de Bram Stoker. En The Host nos encontramos con una historia futurista en la que el planeta está dominado por las almas, parásitos que se hacen con el control de los seres humanos, sin embargo, son seres que no les matan, solo los ocupan, he aquí una de las diferencias entre ambas sagas. Los vampiros reales matan humanos para alimentarse, las almas solo ocupan a los humanos porque son “demasiado violentos” y ellos les aportarán paz, confianza y pureza, aunque en la historia se presenten como el enemigo.
El giro más notorio entre ambas sagas será que en The Host el amor está presente en un segundo plano, ya que lo principal es la lucha contra estos seres, también vemos la diferencia en que en este libro se narran dos historias de amor paralelas que comparten un mismo cuerpo y una misma mente, y que incluyen a otros dos cuerpos que son sus enamorados. Entonces, nos encontraremos con que a ese cuerpo que aloja dos seres, estas se ven imposibilitadas por sí mismas ya que la otra se opone a su amor. Es así como hay una lucha constante entre las dos chicas, Wanderer y Melanie, porque ambas quieren hacer posible su amor por Ian y Jared respectivamente, pero no pueden porque su otro ser se lo impide.
De esta forma, creo que puedo apostar que, aunque he sido una gran fan de la saga Crepúsculo, creo que me quedo con The Host porque es un aporte de originalidad por parte de Meyer en las novelas actuales, porque siento debilidad por las historias futuristas, como ya he comentado y porque creo que esta autora ha conseguido salir un poco del encasillamiento al que fue sometida tras la saga Crepúsculo, un encasillamiento en parte incrementado por las continuas parodias que se han hecho de la franquicia y porque estos vampiros “vegetarianos” rompían completamente con el gran mito de Drácula y por tanto con la idea que muchas personas sostenían de un vampiro.
