Puede que China no sea el país que más valore la libertad en la red de redes, pero eso no implica que se quede atrás en el avance tecnológico, ya que se trata de una verdadera potencia que puede aspirar a colocarse como uno de los países más influyentes del mundo. Pero claro, si uno quiere ser verdaderamente importante, no puede depender en exceso de otras naciones. Y, a día de hoy, la mayor parte del software sale de Estados Unidos, no sabemos si con algún tipo de puerta trasera que otorgue a ese gobierno capacidad para “echar una ojeada” a nuestros PC.
Así que no nos sorprende que la potencia oriental haya decidido crear Ubuntu Kylin, basado en la versión Raring Ringtail y que a partir de abril se debería convertir en el sistema operativo de referencia chino. Canonical, la creadora de la plataforma, colabora integrando calendarios adaptados, sistemas de introducción de texto y servicios de música locales. Posteriores ediciones incluirán mapas de Baidu (el Google chino), proveedores de comercio online locales y herramientas fotográficas. La iniciativa es el primer paso de un plan de cinco años del gobierno chino para lograr popularizar el uso del software libre.
Cualquier iniciativa que promueva lo relacionado con el open source debe ser bien recibida, aunque en este caso las cosas parecen más complicadas. Quizá el gigante asiático tenga la intención de erradicar Windows y OS X de sus mercados para evitar dar ganancias a una economía rival y asegurarse que no sufre ningún tipo de espionaje. De todas formas, aún es pronto para realizar suposiciones tan aventuradas, pero este tema ya preocupa a muchos políticos. Sin duda, si todos los sistemas operativos permitieran examinar su código, todos estaríamos más tranquilos respecto a lo que hacen nuestros dispositivos electrónicos en realidad.
¿Qué te parece el tema? ¿Una medida acertada por parte de China, o más bien una preocupación llevada demasiado lejos?