Aunque los hijos de muchos de los gurús de Silicon Valley van a un colegio sin ordenadores ni avances informáticos, lo cierto es que la tecnología tiene mucho que aportar al día a día educativo, gracias a su capacidad para hacer las tareas más interactivas, amenas y multimedia. Aunque Apple ha realizado esfuerzos para llegar a este sector, en realidad hay muchas plataformas que son perfectamente válidas a la hora de realizar una estrategia para un centro de estudios. Eso sí, resulta mucho más fácil centrarse en un único ecosistema para implementar la solución, pero tal vez no resulte lo más justo ni para los fabricantes ni para los usuarios.
Hoy sabemos que en los últimos meses de 2012 el Dodge City Community College obligó a sus alumnos a llevar un iPad a clase, bien un iPad 2 o un iPad mini. El objetivo era ofrecer recursos de más calidad a los alumnos, y el coste lo debían afrontar los padres, ya bien fuera comprándolo directamente o con la ayuda financiera del centro. La iniciativa es loable, pero me temo que la posibilidad de que las máquinas acabaran estropeadas en manos de los jóvenes era elevado, aparte de que tantos chiquillos indefensos con aparatos así de caros podrían representar una verdadera tentación para los malhechores.
Otro tema aparte es la elección del ecosistema. ¿Qué pasa si los estudiantes o sus padres hubieran preferido un dispositivo Android o uno con Windows 8? ¿No hubiera sido lo más lo más lógico crear contenido que funcionasen en cualquier plataforma, o al menos realizar una lista de modelos compatibles más amplia y con sistemas operativos diversos? No cabe duda de que el Dodge City Community College se ha decantado por la opción más cómoda, que asegura resultados de calidad, pero que es poco respetuosa con la libertad de los usuarios.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que se trata de una buena idea mal implementada, o que libros y ganas de estudiar es lo único que hace falta para aprender?