El rincón del cómic de Xombit: Obélix y la burbuja especulativa

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Bienvenidos de nuevo al rincón del cómic de Xombit. Hoy vamos a viajar al pasado, hasta el año 50 a. C. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste al invasor… al menos hasta que llegue a ellos la economía moderna y los burócratas. Se les incentivará en el consumo irresponsable hasta que la burbuja económica explote y llegue la crisis y, con ella, la recesión. ¿Os suena?

Rincón del cómic de Xombit Esta entrega de El Rincón del cómic de Xombit va a ser algo especial. Por un lado vamos a hablar de una colección que la inmensa mayoría conocerá, Astérix el Galo. Ante una colección clásica, conocida por casi todos, con más de 30 álbumes, varias películas de animación e imagen real, etc. la duda consistía en cómo afrontarla: si hablamos de todos los números daríamos una imagen muy superficial de la obra. Por otro lado, es impensable realizar una sección de cómic y no hablar de Astérix. Así que vamos a hablar de la creación de Goscinny y Uderzo, dando una panorámica general y, después, profundizando en uno de sus tomos, con lo que comprobaremos tanto la calidad como la actualidad de sus temas.

Astérix y Obélix, la obra

Astérix el Galo (Astérix le Gaulois en francés), es una serie de historietas cómicas creadas por René Goscinny al guion y Albert Uderzo al dibujo. El primer número apareció en el año 1959. Ha sido traducida a todos los principales idiomas del mundo e incluso hay versiones en latín y griego antiguo.

Goscinny, el guionista y verdadera alma de la colección, fue el creador también de otras obras maestras como Lucky Luke, el Gran Visir Iznogud y, en novela, El pequeño Nicolás. Junto a Uderzo realizaron 24 números de la colección. Cuando Goscinny murió, el dibujante siguió publicando la colección encargándose él mismo del guión y el dibujo, llegando a publicar 10 tomos más, con una notable pérdida de calidad en cuanto a la historia, con un humor menos fino y trabajado.

Astérix vive en el año 50 a. C. en una aldea ficticia del noroeste de la Galia y que es la única que aún resiste al invasor romano. Esto se debe a la poción mágica que su druida, Panorámix, prepara y que proporciona fuerza sobrehumana a quien la toma. Uno de los personajes secundarios habituales es Julio César, que intenta por todos los medios conquistar esta pequeña aldea para dar por concluida su Guerra de las Galias.

Personajes

Asterix-Obelix-especulativa

Los personajes principales son Asterix, un pequeño y astuto galo que soluciona todo con su inteligencia (aunque a veces se ayude de la poción mágica) y Obélix, su obeso amigo que, al haber caído de pequeño en la marmita de la poción, el efecto de ésta es permanente en él. Obélix posee un carácter bondadoso e inocente, a la vez que es algo más “corto” intelectualmente hablando que su amigo Astérix (en realidad, todos en la aldea lo son, excepto el druida), su ocupación principal es hacer menhires, que suele portar a la espalda. Más tarde, esta pareja se convertiría en trío de amigos al unirse un pequeño perrito llamado Idéfix (o Ideáfix, según la traducción).

Además de ellos destacan todos los habitantes del poblado: el druida Panorámix; el jefe Abraracúrcix (y su estridente esposa Karabella); Edadepiedrix (el más anciano de la aldea); Ordenalfabetix y Esautomátix, pescadero y herrero respectivamente que siempre están discutiendo por la calidad de sus respectivas mercancías; Asurancetúrix el bardo, al que nadie puede aguantar dada su espantosa voz… Además de los habitantes, otros personajes habituales son Julio César, el principal villano y al que Astérix siempre llama “Julio” a secas; los piratas, pobres desdichado que siempre acaban naufragando por culpa, directa o indirecta, de los protagonistas. Cabe destacar el magnífico trabajo realizado por los traductores, al intentar conservar los juegos de palabras de los nombres originales.

Os recomiendo este artículo de la Wikipedia donde tenéis la mayoría de los personales.

Características principales de la obra

Humor. Esa es la principal característica. Un humor blanco, para todos los públicos, pero con algunas gotas de sátira. Gran parte de su éxito se debe, sin duda, a esta doble lectura en la que tanto los niños como los adultos la encuentran entretenida y divertida, cada uno a su apropiado nivel de lectura: para el lector infantil las peleas y otros gags serán su principal atracción, mientras que para el lector adulto podremos encontrar alusiones a la cultura clásica, caricaturas anacrónicas, estereotipos de los diferentes países y juegos de palabras. También encontramos caricaturas de personajes o personas famosas: Valéry Giscard d’Estaing, Jacques Chirac, Laurel y Hardy, Sean Connery, Kirk Douglas, Arnold Schwarzenegger…

Obélix y Compañía

Y llegamos al tomo que vamos a analizar más en profundidad. Publicado en el año 1976, Obélix y Compañía nos cuenta cómo Julio César, en un nuevo intento de acabar con la irreductible aldea gala, manda a Cayo Coyuntural (parodia de Jacques Chirac, Primer Ministro de Francia en aquel año), recién graduado de la escuela de administración, que le ha convencido de que lo que debilitará a los galos será el afán de lucro, el oro. Cayo se encuentra con Obélix y le compra el menhir, a pesar de que Obélix no necesita el dinero. Al día siguiente, Cayo le vuelve a comprar otro menhir y doble el precio porque, según él:

en la presente coyuntura, a causa de la oferta y la demanda, el mercado fluctúa (…) estamos en plena tendencia alcista.

Asterix-Obelix-economíaCayo instará a Obélix a aumentar la producción por lo que el galo no tendrá tiempo para cazar. Por ello contrata a otro aldeano para que le procure la comida. Cayo sigue pidiendo menhires (que paga cada vez más caros) por lo que Obélix tiene que contratar una serie de constructores de menhires y, también, unos cuantos cazadores para conseguir comida para sus constructores. Poco a poco la envidia crece en la aldea y todos quieren ser “ricos e importantes” como Obélix. Cayo Coyuntural les compra menhires a todos. De vuelta a Roma, recibe las críticas de César porque está agotando el tesoro. La solución que da Cayo es vender esos menhires a los romanos para aumentar las ganancias. Todo va bien hasta que algunos romanos deciden crear “menhires nacionales”. La competencia hace que bajen los precios hasta que llega la crisis y la devaluación de la moneda romana.

¿Crisis? ¿Qué crisis?

Hagamos algo de historia. Este álbum fue editado en 1976, en medio de una gran crisis del petróleo que empezó en 1973 y acabó en 1979. En este cómic, Goscinny y Uderzo nos muestran claramente cómo bajo las burbujas económicas lo que verdaderamente existe es un afán de acumulación de dinero en detrimento de valores más importantes como son, en este ejemplo, cazar jabalíes y pasar más tiempo con los amigos.

En estos tiempos modernos en los que todos “somos” expertos en economía, seguimos sin saber cómo funciona de verdad, pero Astérix y Panorámix han sido capaces ¡hace más de 30 años! de identificar una burbuja y desinflarla con el menor daño posible. Pero, vayamos paso por paso:

1 – Plan inicial

Ya hemos visto que el plan de Cayo consiste en debilitar a los galos convirtiéndolos en decadentes, como ha pasado con los senadores romanos, antes fuertes y valientes guerreros. La idea es buena y parece que van a conseguir sus objetivos

2 – Creación del ambiente comercial

Cuando Cayo habla con Obélix se interesa por la (reducida) cantidad de mercancía que reparte y, lo que es peor, averigua que no los vende. Esto quiere decir que no tienen valor para él, normalmente los cambia. Al darle dinero, Cayo asigna un precio, un valor a la mercancía. Aún así, Obélix no tiene ninguna necesidad de dinero, por lo que el romano debe convencerle sobre la importancia de la moneda para “comprar” cosas.

3 – Trueque por comercio y producción a gran escala

Hasta ahora, Obélix cambiaba menhires o cualquier otro objeto por lo que necesitara. Ocupado como está en la construcción de menhires (y con toda la producción reservada para Cayo), no ha podido cazar y no tiene nada para cambiar por comida, así que utiliza su dinero para comprar el jabalí que lleva otro galo a la vez que repite las palabras que le ha dicho Cayo “Soy comprador de todo lo que puedas repartir”. De este modo, el comercio con moneda sustituye al trueque. Tras esto, Obélix contrata más constructores y, a la vez, necesita cazadores que les suministren jabalíes. Comienza a adivinarse una división social del trabajo y, por tanto, diferentes status.

4 – Crecimiento económico

Tanto los menhires como los jabalíes han pasado a tener “valor”, al menos valor monetario. Por ello, Astérix descubre perplejo que los jabalíes ahora son propiedad de los cazadores para poder venderlos. Mientras Obélix compra un carro: se introducen avances técnicos y logísticos. Y, siguiendo con los diferentes estratos sociales y laborales, la esposa del jefe es contratada como costurera.

5 – Aparece la competencia

Obélix-especulación-económicaA Astérix se le ocurre la solución: luchar contra Obélix con sus propias armas. Convence a Panorámix para que otros aldeanos tomen la poción (nuevas fuentes de energía) y puedan, así, producir menhires al mismo ritmo que Obélix. Ahora todo el pueblo está ocupadísimo: unos construyen menhires para Cayo, otros cubren las necesidades de los constructores de menhires… El dinero es ahora imprescindible como medio de cambio y el que no tiene está fuera de la sociedad actual. Cayo coyuntural ha conseguido su objetivo. Pero, en Roma, no saben qué hacer con tantos menhires. Astérix también ha conseguido su objetivo.

6 – Creación de beneficios y de necesidades

Ante la lógica preocupación de César, Cayo propone que vendan los menhires. Por supuesto, aumentarán el precio para obtener beneficios. No obstante, lo primero que deben hacer es “convencer” a los romanos de que “necesitan” estos menhires, lo que logran mediante una agresiva campaña publicitaria, convenciéndoles de la utilidad de algo completamente inútil. Seguimos con los diferentes estratos laborales: el galo, que originalmente era enemigo de Roma, pasa a ser socio y, luego, a ser un empleado de los romanos.

7 – Importación y comercio interior

Viendo los beneficios que se logran al vender menhires (galos y, por tanto, importados), los propios romanos se ponen a fabricar menhires. Más tarde incluso otros pueblos importan su propia producción, siempre a un precio más bajo. Cayo y César deben bajar sus precios “hay que vender más barato para que aumente la demanda”.

8 – Explota la burbuja y llega la crisis

La excesiva producción de menhires hace que los precios desciendan de manera brutal. No sólo no hay ganancias, si no que se producen pérdidas. Cayo corre hasta la aldea gala donde, siguiendo sus órdenes, se han seguido comprando menhires. Suspende esta compra llevando la crisis hasta el origen.

9 – Final ¿feliz?

En la aldea gala, tras un breve periodo de confusión, todo vuelve a la normalidad. Sin embargo, Roma está sumida en la crisis debida a la devaluación de sestercio, como se refleja en el diálogo final de Astérix y Panorámix:

Todos nuestros amigos están llenos de sestercios ¿Qué harán con ellos? –No gran cosa. Me he enterado de que hay una gran crisis en Roma, debido a no sé qué. Y resulta que el sestercio ha sido devaluado.

Conclusión

Como todos los lectores saben, siempre podremos encontrar útiles enseñanzas en cualquier texto, por humorístico que sea. En el caso de Astérix, hemos visto que, además de divertirnos con sus álbumes, podemos observar la sátira y la crítica social de un modo claro y nada hiriente: debido a la estrategia de los romanos, la solidaridad gala se resquebraja al dejar de lado aquellos principios por los que siempre se han regido y que hacía que conservaran su identidad como pueblo.

En un aparentemente inocente “tebeo”, podemos encontrar incumplimientos de algunos artículos de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos, vulneraciones a la igualdad de derechos entre ambos sexos, incumplimiento del desarrollo sostenible, e incluso cómo el poder económico de las grandes potencias, así como el consumo irresponsable, puede destruir una sociedad mediante la falta de ética del mercado y el expolio de los recursos naturales.

No todos los álbumes tienen “moraleja” de este tipo, pero con todos disfrutaremos de su lectura, de su ingenio y de su humor. Y si no, decídmelo, que os devuelvo el dinero.

Obelix-jabalíes

Más información | Web oficial en español

Archivado en Cómic, Economía, El rincón del cómic de Xombit
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