En el mercado de los procesadores móviles ARM, ahora mismo hay modelos muy potentes, como el Qualcomm Snapdragon 800 o el Samsung Exynos 5 Octa. Son dispositivos muy rápidos, que mueven nuestro sistema operativo y aplicaciones con sobrada soltura. En este contexto, uno podría creer que aumentar su potencia no debería ser una prioridad, sino que las marcas harían mejor en optimizar su consumo para evitar quedarnos sin batería a media tarde. Pero la lógica del mercado pide siempre más y más, tanto en resoluciones de pantalla como en rendimiento del procesador. Y algunas marcas parece que están dispuestas a cualquier cosa para conseguirlo.
Los rumores de Digitimes apuntan a que compañías como Samsung, HTC y Apple están pensando en exprimir unos pocos más megahercios de sus chips recurriendo a la refrigeración líquida. Una opción extrema, pero la única posible, ya que los disipadores pasivos no pueden más y que los ventiladores no resultan una alternativa razonable en un aparato tan compacto. Eso sí, nos imaginamos que emplearán sistemas muy simples (se habla de 0,6 milímetros de grosor) que no sean dados a fugas, en modo alguno algo similares a los que nos tienen acostumbrados los ordenadores de gaming.
Es posible que esta opción consiga sacar algo más de rendimiento a los procesadores pero, en último término, el calor resultante se debe expulsar del dispositivo. Es decir, que va a acabar achicharrando nuestras manos como las marcas no sean razonables en la cantidad de energía que van a permitir disipar a sus aparatos. Por ahora se trata de un rumor, que casi prefiero pensar que no se hará realidad nunca, pero cuando se empieza a hablar de un tema de este tipo, suele querer decir algo. Permaneceremos atentos respecto a más noticias, para ver como se implementa esta idea aparentemente tan radical.
¿Qué opinas del asunto? ¿Crees que necesitamos potenciar al máximo el rendimiento de nuestros gadgets, o es mejor idea no llevar tan al extremo sus capacidades?