Se crea el primer helicóptero que carece de motor

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El gran sueño del hombre siempre ha sido volar, y ya se consiguió hace mucho tiempo por medio de la creación de distintos artilugios como aviones o, lo que en este caso nos interesa, helicópteros. Y es que desde el principio, hemos necesitado de la ayuda de los motores para conseguir que estos aparatos se pusieran en marcha y pudieran volar, hasta hace poco, ya que con el invento de un grupo de ingenieros canadienses se ha podido conseguir el vuelo sin motor de un helicóptero.

Instantánea del momento del vuelo

Todos conocemos este vehículo aéreo, el cual tiene la capacidad de moverse verticalmente y de mantenerse en el aire sin que eso suponga un movimiento en ninguna dirección. Pues bien, ahora, un equipo canadiense ha dado forma a aquello que, ideado por el gran genio italiano Da Vinci, e inventado más tarde por el español Juan de la Cierva con su famoso autogiro, pero, esta vez, sin motor alguno, tan solo con la fuerza que imprime una persona al pedalear.

Y es que en los años 80, el que fuera el primer productor en cadena de este tipo de aparatos, Igor Sikorsky, creó un premio para la primera persona o institución capaz de hacer que un helicóptero volara sin motor (AHS Igor I. Sikorsky), no habiéndose conseguido hasta el momento, en el equipo el de ingenieros llamado AeroVelo consiguió darle solución con su creación llamada Atlas.

Y es que el premio, de 250.000 dólares, se une a la satisfacción de conseguir un hito histórico y complacer así el ansiado deseo humano de poder volar, esta vez, sin necesidad de energía externa, aunque eso sí, se necesita de bastante energía en las piernas para darle a los pedales, ya que la estructura del aparato mide 47 metros de envergadura, aunque a pesar de eso, tan solo pesa 54 kilos gracias a su estructura de fibra de carbono y otros materiales ligeros.

Imagen del helicóptero pensado por el inventor italiano

La estructura la componen 4 grandes rotores que giran al estar conectados a una bicicleta en la que se sitúa el piloto, que en este caso también sería el “motor” del aparato, ya que sería él quien proporcionaría la energía necesaria para que todo funcionara. La altura conseguida de elevación es de tan solo 3 metros y quizás no se pueda dirigir, pero sin duda es una satisfacción el haberlo conseguido, ya que era un gran reto.

Con este nuevo hito, algunos de los ingenieros que componían el equipo de trabajo del proyecto se están planteando la creación de otros vehículos con el funcionamiento de la fuerza del propio usuario, algo que sin duda, puede hacer que mejore en un futuro más o menos lejano la dependencia de otras fuentes energéticas.

Archivado en Leonardo Da Vinci, Premio
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