Detrás de la fotografía: El juego de la profundidad de campo

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Una semana más volvemos para presentaros una imagen en “Detrás de la fotografía” y con ella algo en relación a su técnica y su creación. Hoy dejamos atrás las luces de la semana pasada para introducirnos en los juegos. Vamos a jugar con la profundidad de campo y descubrir como funciona para aplicarla a nuestras fotografías. ¿Os animáis a jugar?

Cuatro dados sobre fondo blanco

Si existe algo importante en la fotografía a parte de la luz es el enfoque. Una fotografía es interesante porque nos muestra algo que podemos distinguir y reconocer. Pero si ese algo esta borroso decimos que esta desenfocado y por regla general esa fotografía no se considera correcta. Pero la vida, al igual que la fotografía, no se nos presenta totalmente enfocada. Enfocamos y desenfocamos a nuestro antojo, dependiendo de que sea lo que nos llame la atención. Por eso hoy vamos a ver como algo que para nuestros ojos es automático, podemos hacerlo con nuestra cámara controlando nosotros el nivel de enfoque.

Para ello primero debemos detenernos y hablar sobre lo que es la profundidad de campo. Este termino que tantas veces se nombra cuando hablamos de fotografía no es otra cosa más que la determinación del espacio que estará dentro de foco en la imagen. Es decir, la profundidad de campo es el espacio nítido en una fotografía.

Para entenderlo mejor vamos a pensar en la escena como un escenario en que un grupo de actores se dispone por el escenario cada uno de ello un paso por detrás del anterior. Nosotros como espectador no lograremos enfocar a todos estos actores al mismo tiempo, siendo uno de ellos el que veamos correctamente mientras nuestra visión se centre en él, quedando el resto borrosos. Aquellos actores que se encuentren más cerca del actor destacado los veremos de forma más nítida que los que se encuentran en planos más distantes. De este mismo modo funciona la profundidad de campo.

Los factores que determinan la profundidad de campo son:

La apertura del diafragma: Cuanto más cerrado (número f más bajo) menos profundidad de campo. – La distancia de la cámara al sujeto. Cuanto más lejos nos encontremos más profundidad de campo tendremos.

Por lo tanto, si fotografiamos un elemento con una apertura de diafragma de 2,8 tendremos menos espacio nítido que si lo hiciéramos con f 22. Por lo que en una imagen donde la velocidad de obturación no debe ser un tiempo determinado podremos experimentar moviendo los parámetros hasta obtener la nitidez o borrosidad deseada.

A parte de esto si nos acercamos al objeto notaremos como la profundidad de campo se reduce mucho. Por ello, cuando fotografiamos elementos pequeños y nos acercamos mucho a estos vemos como todo lo que se encuentra a su alrededor se emborrona.

Como podéis ver en la imagen que os muestro, los dados que se encuentran en primer termino son los que estan enfocados y los de la parte trapera están desenfocados. Esto es debido precisamente a todo lo comentado anteriormente, me encontraba cerca de los dados y abrí ligeramente el diafragma. Aunque no fue mucha la apertura al recortar distancia con los elementos, la profundidad de campo se redujo notablemente.

Modo: Manual
ISO: 100
Diafragma: 9,0 f
Velocidad obturación: 1/125
Distancia focal: 42 mm

Esto nos da múltiples posibilidades a la hora de darle un uso creativo a la profundidad de campo. Por lo que os invito a que experimentéis colocando varios elementos en diferentes planos y enfocando a un mismo punto proveéis a cambiar la apertura del diafragma.

Archivado en Detrás de la fotografía, Profundidad de campo
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