No cabe duda de que la alimentación es muy importante en el deporte de competición, y también cuando queremos adelgazar. Al igual que las personas normales deben tener cuidado con los trastornos alimenticios, los deportistas han de evitar que su búsqueda del máximo rendimiento acabe por afectar de forma negativa a su salud… ¡de forma peligrosa incluso! Y es que en la Fórmula 1 el peso máximo del vehículo se mide con el piloto dentro, por lo que puede ser más fácil conseguir que este adelgace que realizar cambios en el coche. Además, un piloto con más masa corporal puede estar en desventaja frente a otros más delgados.
Jean-Éric Vergne, del equipo Toro Rosso, tuvo que se hospitalizado con lo que sólo se pueden considerar síntomas de deshidratación y desnutrición. Todo, por arañar unas décimas de segundo al cronómetro:
La diferencia de peso entre mi compañero y yo me estaba haciendo perder cuatro décimas por vuelta. Me puse a dieta en invierno, pero el cuerpo humano tiene ciertos límites.
De hecho, estuve en el hospital entre los Grandes Premios de Australia y Malasia por la falta de agua y un poco de todo lo demás. Estaba muy débil.
La verdad es que resulta preocupante que un joven de 23 años acabe en el hospital por un tema así. Desde luego, se deberían imponer medidas como pesar el coche sin el piloto, o incluso asegurarse de que los pilotos tienen un índice de masa corporal sano. Sin embargo, Vergne es bastante alto, y otros compañeros más bajos no ven con buenos ojos un aumento del límite de peso. Al final, va a resultar que ser “grandote” es un problema en la Fórmula 1, del mismo modo en que el baloncesto representa una ventaja importante. En cualquier caso, la salud de los deportistas no debería ponerse nunca en riesgo.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que lograr el éxito requiere de muchos sacrificios, o que este tipo de casos son inaceptables?
