La ciencia no deja de avanzar, y estamos cerca de un descubrimiento tan importante que hasta podría acabar con el dolor para siempre. Pero, ¿y el picor? Para la mayoría de nosotros se trata de una molestia menor, pero hay quien sufre picores crónicos y muy intensos. La solución, obviamente, no es rascarse: nos aliviará momentáneamente (mientras dure el dolor que nos causamos) y hará que la sensación empeore. Ahora la ciencia ha descubierto por qué esto es así, lo que puede representar un primer paso para acabar definitivamente con los picores graves.
Según leemos en New Scientist, unos experimentos en ratones demostraron que la serotonina, un neurotransmisor, es la responsable del picor. Y el proceso es complicado: al rascarnos provocamos un dolor que inhibe el picor, pero ese dolor hace que llegue más serotonina a la zona, lo que supone que el picor empeore. Los experimentos en ratones demostraron que en ausencia de la serotonina (o si esta no puede llegar a la zona irritada) el picor no se inicia. Sin duda, unos datos interesantes, que tal vez puedan hacer que se inhiba el origen químico del picor en aquellos casos lo suficientemente graves como para requerirlo.
Además, determinadas neuronas agravan las sensación de picor, y precisamente la serotonina las activa. Así que, cuando nos rascamos, empeoramos el problema… ¡aunque a veces resulta inevitable! Desde luego, nuestro cerebro es de lo más complejo, ya hemos visto que hasta puede tomar decisiones durmiendo. Este descubrimiento resulta muy interesante, pero no parece que la solución a los picores crónicos vaya a ser inmediata. El fenómeno resulta bastante complejo, así que serán necesarias más investigaciones para enfrentarse a él. En cualquier caso, la conclusión es clara: ¡Si te pica, ni se te ocurra rascarte, o será peor!
¿Qué opinas de este tema? ¿Te sorprende lo complicado que es nuestro sistema nervioso, o ya eras consciente de que apenas empezamos a comprenderlo?
Imagen | Anais Gómez-C