Videojuegos y cartuchos, ¿el futuro será dejar de lado los discos?

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Videoconsola NES

Cuando a uno le hablan de un “cartucho” suele pensar en una consola de los años 80, o bien en las portátiles, que por cuestiones energéticas no pueden recurrir a los discos ópticos. Desde la PlayStation original en 1994 hasta día de hoy los juegos se han distribuido en este formato, ya sea CD, DVD o Blu-Ray. Sin embargo, puede que nos sorprendamos con lo que nos espera en próximas generaciones, y que los discos queden obsoletos. ¿Sustituidos por las descargas digitales o los videojuegos en la nube? Mejor no vayamos tan rápido.

En el PC el formato físico está quedando atrás a un ritmo acelerado, pero en consolas el proceso tardará mucho más. Tengo claro que tanto PlayStation 5 como Xbox Two necesitarán medios físicos con los que distribuir los juegos, ya que las tiendas tradicionales siguen vendiendo millones de copias. Pero, la verdad, cada vez encuentro al hipotético sucesor del Blu-Ray más inadecuado. La solución puede encontrase en volver al cartucho, o a un formato similar, inspirado por las tarjetas de memoria.

No hay futuro para los discos

Los discos no sirven para casi nada a día de hoy, eso está claro. Se tratan de una especie de prueba de compra que nos permite jugar, pero realmente el título se instala en el disco duro, y se ejecuta desde allí. Sólo se accede al disco para verificar que está insertado. Además, ni siquiera se trata del principal formato de distribución, porque el software luego se actualiza por Internet, con descargas enormes. El disco sólo sirve para que el comprador tenga la impresión de adquirir algo físico, y para que pueda prestar o vender el software con facilidad.

Disco Blu-ray

Pero los discos Blu-Ray no son lo único que se ha quedado obsoleto. Los discos duros tradicionales como el que llevan PlayStation 4 y Xbox One también se han transformado en una tecnología antigua, que limita los juegos. Es necesario sustituirlos por la memoria flash, un almacenamiento que no tiene partes móviles ni ningún disco real que gire. Ofrece mejor rendimiento, y eso no sólo significa cargas más rápidas en los niveles, sino que puede dar un importante empujón técnico a los juegos.

Los discos Blu-Ray resultan baratos, así que no tiene mucho sentido sustituirlos por tarjetas de memoria, que salen bastante más caras. Pero dejar de lado los discos duros supondría aumentar mucho el coste de las futuras consolas, porque la memoria flash interna para instalar el contenido del disco es cara. Así que quizá los cartuchos representen la solución intermedia que necesitamos.

El cartucho aporta ventajas

Tal vez la alternativa sea fabricar consolas con memoria flash en vez de disco duro, pero en pequeñas cantidades, para evitar elevar su coste. A cambio de eso, los juegos vendrían en tarjetas de memoria o “cartuchos” y no necesitarían ser instalados, se leerían directamente. Las tarjetas de memoria estilo microSD pueden ser bastante más rápidas que un disco duro tradicional, e incluso hay otras tecnologías más avanzadas.

Tarjeta micro SD

Así que la idea sería lanzar consolas con poco almacenamiento para ahorrar costes, y trasladar a los videojuegos el precio de la memoria más cara. Llegado el momento los fabricantes deberán tener en cuenta distintos factores: elegir una memoria más o menos rápida para ahorrar costes, limitar el tamaño máximo de los juegos, calcular a qué ritmo bajará el precio de las tarjetas… El cambio de tecnología me parece una buena idea, pero siempre hay que hacer muchos números antes de dar un paso así.

Por otro lado, un lector de tarjetas de memoria es más económico, pequeño y consume menos que uno de Blu-Ray, unas ventajas importantes a la hora de diseñar una consola. Incluso es posible que se pudiera añadir más de un lector, y tener dos o tres juegos insertados al mismo tiempo. Desde luego, posibilidades interesantes.

Una idea con riesgos

Está claro que esta solución no resulta perfecta. Vender consolas con poco almacenamiento supondría una forma de desincentivar las compras digitales, y a los fabricantes de videojuegos en general les interesa competir con las tiendas físicas. Y si se venden versiones de las consolas con mucho más almacenamiento flash el precio puede elevarse en exceso. La tecnología baja de precio a buen ritmo, pero es probable que en tres o cuatro años lleguen las nuevas consolas, y resulta dudoso que entonces los precios se hayan reducido lo suficiente.

Por otro lado, el mayor coste de los cartuchos frente a los discos puede suponer que los juegos suban de precio. O, en cualquier caso, que disminuyan los márgenes de beneficios, algo que siempre es un riesgo. Además, debido al mayor valor intrínseco del formato, se volvería imposible realizar determinadas ofertas de juegos a coste muy bajo. Desde luego, son temas que habría que pensar mucho antes de tomar una decisión, pero seguro que ya están en la mente de los ingenieros de Sony, Nintendo y Microsoft.

Cartuchos de consola

Así que está claro que los discos ópticos para distribuir juegos no tienen mucho sentido, y resultaría muy positivo dejar de lado también los discos duros tradicionales. La solución sería volver al cartucho, una versión moderna inspirada por las tarjetas de memoria. Pero hemos comprobado que eso implica un reto económico, así que no podemos dar por hecho que Xbox Two y PlayStation 5 se atrevan a dar el salto. Pero, a la vista de lo que hemos analizado, el cartucho parece el mejor sistema intermedio antes de que los formatos físicos desaparezcan por completo.

¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que las consolas de próxima generación deberían recurrir a las tarjetas de memoria, o consideras que es mejor seguir con los discos otros cinco años?

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