Cada día se crean muchas empresas en todo el mundo, que necesitan financiación externa para poder salir adelante. Sin la ayuda de los inversores es muy difícil obtener todos los recursos que se necesitan para administrar, crear y dar a conocer una compañía, es por eso que desde el primer momento los inversores están en una búsqueda constante de empresas que les den un buen rendimiento a cambio de invertir dinero en ellas.
Cuando un inversor debe elegir si invertir en una compañía u otra, lo más probable es que las empresas elegidas no sean de hardware. Hace un tiempo hablábamos sobre las empresas que deberíamos tener en cuenta en 2015, pero si nos fijamos bien, no hay ninguna de ellas que entre en la categoría de hardware.
De hecho, si nos fijamos en la lista de Wall Street Journal del club de los mil millones de dólares, podremos ver que de las 117 compañías listadas, tan solo 6 se dedican especialmente a hardware. La primera de todas es Xiaomi, que es muy conocida internacionalmente, pero las otras 5 no lo son tanto, sino que se conocen en algunos entornos más especializados.
Demasiado riesgo para la poca rentabilidad que ofrecen
Lo cierto es que es muy fácil crear una compañía de software, ya que lo más básico que existe es crear una aplicación. No digo que no lleve trabajo crear una, pero si comparamos los esfuerzos puestos en todo lo que se necesita para crear hardware, en una aplicación son mínimos. Para crear hardware necesitamos contactar con proveedores que nos den las piezas necesarias a un buen precio, alguien que lo monte y además personas que lo supervisen y adapten el software preestablecido a nuestro dispositivo.
Por lo tanto los costes de entrada en este sector son muy elevados, algo que no todos los emprendedores están dispuestos a sufrir y, por lo tanto, deben contar con mucha ayuda externa para llevar esto a cabo. Si la idea parece buena, seguramente encontraremos muchos inversores dispuestos a cubrir la financiación, pero si nadie está seguro del éxito que puede llegar a tener, será muy difícil encontrar dinero para llevar este proyecto a cabo.
Además, el tiempo de producción de estas compañías es muy elevado. Una aplicación la lanzas al mercado y ya puede recibir descargas, pero en el sector de hardware se necesita saber la demanda que hay. Podemos morir de éxito si no ponemos los suficientes productos a la venta, o bien ofertar demasiados y no vender tanto como lo esperado. Son escenarios muy inciertos, y los inversores quieren apostar por lo que sea seguro, tener la certeza que al cabo de un año van a recibir los ingresos esperados, y si no sabemos lo que vamos a vender los inversores se irán de la empresa.
Pero existe una tendencia creciente de inversión en estas empresas
Leemos en TechCrunch que durante los últimos 4 años ha habido un aumento de inversores interesados en dar dinero a las compañías de hardware. Como podemos ver en el gráfico siguiente, el crecimiento que ha habido de 2013 a 2014 es casi exponencial, lo que demuestra que últimamente han sido muy poderosas en sus actividades.
Hay 3 grandes dinámicas que han llevado a los inversores a interesarse por estas empresas. En primer lugar, hay algunas que han demostrado que pueden ser bastante rentables. La distribución y la producción son difíciles, pero algunas empresas como GoPro y Fitbit, han demostrado que el hardware tiene un papel muy importante y el crecimiento puede ser mucho mayor que en algunas compañías de software.
Además, las estadísticas que reciben algunas de estas compañías se pueden equiparar a las de software. Estas startups de hardware conectadas con los dispositivos móviles mediante una aplicación, pueden ver las estadísticas de uso por parte de los usuarios casi al instante. Esto ayuda a que los inversores tengan más controlada la empresa y puedan saber si está operando bien o mal.
Por último, las compañías de hardware presumen de tener capacidades únicas. Las empresas conectadas buscan sinergías entre los productos y el software que ofrecen, intentando dar una muy buena experiencia de usuario difícil de replicar por las otras. Una aplicación es fácil de imitar, pero la combinación de software y hardware requiere desembolsar más dinero y los imitadores no están dispuestos a hacerlo.
Personalmente, creo que todas las compañías deberían intentar ofrecer experiencias únicas de usuario para así intentar que los inversores se fijen en ellas. Cuanto más comodidades tenga el usuario, más ganas tendrá de comprar un producto, y por lo tanto la empresa saldrá ganando con ello.