A todos nos ha dado pereza realizar algunas de las tareas más cotidianas, más que nada porque al ser rutinarias resultan pesadas de realizar una y otra vez. Y lo mismo debió pensar el programador anónimo que, haciendo gala de sus conocimientos, ha escrito diversos códigos para automatizar hasta las más mínimas tareas de su día a día. El programador anónimo ha creado scripts para automatizar esas pequeñas cosas que hacemos todos los días. Sin embargo, estos no han sido descubiertos hasta que ha abandonado su posición y sus ex colegas los han encontrado y los han publicado en GitHub para que el mundo pueda disfrutarlos.
El repositorio contiene una docena de secuencias de comandos útiles para todo tipo de circunstancias, como enviar mensajes de texto a su esposa con una serie de excusas por llegar tarde a casa del trabajo o incluso un script que detecta si no se registra en la oficina a las ocho menos cuarto de la mañana, y le envía un correo a su jefe para decirle que se encuentra indispuesto y trabajando de forma remota.
El creador es una de esas personas que si algo, cualquier cosa, requiere más de 90 segundos de su tiempo, escribe un script para automatizar eso, afirma Narkoz, el compañero que ha subido los códigos a GitHub.
Sus colegas no tenían ni idea de lo intensa que era su inmersión en el hacking hasta que se fue y se descubrieron su “legado”. Algunos de estos archivos tienen nombres bastante groseros, pero son brillantes. Por ejemplo, el llamado ”kumar_asshole” era el proceso que seguía este programador para tratar con un cliente que le parecía particularmente molesto.
Fue creado para escanear su bandeja de entrada, concretamente los correos recibidos de este cliente, y si contenían palabras clave como “ayuda” o “lo siento”, entonces el código se encargaba de enviarle un correo respuesta automático que rezaba: “No te preocupes compañero, ten más cuidado la próxima vez”.
Aunque eso es ingenioso, el truco de la máquina de café sin duda era el mejor. El script, exactamente 17 segundos después de ser ejecutado, enviaba una orden a la máquina de café –que por cierto nadie más en la oficina sabía que corría Linux– para que le preparara un half-caf medium latte, que –también exactamente– era vertido en una taza 24 segundos después de estar listo. Pues bien, sus ex compañeros han comprobado que era la cantidad exacta de tiempo que tardaba el programador en dar los pasos suficientes hasta la máquina para hacerlo él mismo.
Así que ya sabéis, si no estáis especialmente enérgicos en vuestra vida en general, siempre podéis automatizarla por completo con un puñado de scripts y dejar que la tecnología lo haga por vosotros.