Lo normal hace no muchos años era que, si querías pasarte un juego de una consola antigua, tuvieras que usar esa máquina con una copia original. Como mucho, existía en ciertos casos la opción de la retrocompatibilidad, que desde hace muy poco también ofrece Xbox One, para disfrutar de los títulos de Xbox 360. Sin embargo, de pronto se ha puesto de moda recuperar los juegos de la anterior generación, retocar sus gráficos, añadir los contenidos descargables originales y volver a venderlos. A veces se llevan a cabo más cambios pero, en general, se trata de una remasterización del título original, no un remake, que implicaría rehacer el juego desde cero.
Los ejemplos durante este último par de años son numerosos: Sony con The Last of Us, God of War y Uncharted, Microsoft con Halo y Gears of War, Nintendo con casi todos sus títulos de la saga Zelda… Las editores externas nos se han quedado atrás, y hemos visto remasterizaciones como Grand Theft Auto V, Resident Evil, Dishonored, un par de Final Fantasy o Devil May Cry. La verdad, mirando las listas de lanzamientos a veces uno no tiene muy claro en qué año se encuentra.
La verdad, yo soy muy escéptico con esta moda de las remasterizaciones de juegos. Hasta tal punto que, tras haber adquirido una que me gustó mucho (The Last of Us), he decidido no volver a apoyar un negocio que no creo que sea correcto. Aquí tienes mis cinco razones por las que no comprar remasterizaciones:
Son un pequeña estafa
La verdad, creo que el precio de una remasterización debería resultar sensiblemente inferior al de un juego nuevo. Por mucho que nos intenten convencer de que el producto ha sufrido innumerables mejoras, está claro que el coste es mucho menor que desarrollar un título nuevo. Dado que suelen salir a la venta por cifras no muy lejanas a las novedades, la verdad que es que me parecen un mal negocio para el consumidor. En realidad, nos están vendiendo dos veces el mismo juego.
Se puede ver de otra forma. Si se desarrollan tantas remasterizaciones de juegos, es porque salen muy rentables, más que los trabajos originales. Aunque lo cierto es que esta idea tiene una implicación negativa. Si las ventas son elevadas, quiere decir que los consumidores encuentran interesantes estas propuestas. De todas formas, hay que considerar que el primer año de vida de PlaySation 4 y Xbox One ofreció muy pocos juegos buenos, así que tampoco había elección.
Desincentivan la creatividad
Ya sabemos que los videojuegos son un negocio, y que sufrimos males como las secuelas innumerables de determinadas sagas. Pero, la verdad, al menos las entregas anuales de Call of Duty, Need for Speed o Assassin’s Creed se tratan productos nuevos. Puede que reciclen mecánicas y que la calidad flojee por el ritmo de lanzamientos rápido. Pero no dejan de ser originales, y tener más mérito que coger un juego (aunque sea una obra maestra), retocarlo un poco y volver a venderlo.
No digo que a veces no apetezca revisitar un clásico pero, en mi opinión, en estos casos lo mejor es hacer un remake completo, como el que se va a realizar de Final Fantasy VII. Es decir, optar por el camino difícil: diseñar el juego desde cero, sin reaprovechar elementos e introduciendo los cambios jugables necesarios. De todas formas, si hay algo que esta industria necesita, son nuevas franquicias.
Demuestra que la nueva generación flojea
Es duro, pero PlayStation 4 y Xbox One han decepcionado bastante a nivel gráfico. Sólo hay que ver la diferencia entre la calidad prometida y obtenida en The Witcher III: Wild Hunt o bien la el bajón gráfico que sufrió Watch Dogs. El salto entre la generación anterior y la actual ha resultado escaso, y eso ha propiciado las remasterizaciones. Y es que ya hace años que se realizaban, pero ahora se han vuelto más fáciles de vender.
Si Xbox One y PlayStation 4 fueran muy potentes, no bastaría con retocar un juego de sus antecesoras para convencer a los compradores. Pero, como la diferencia entre unas y otras consolas resulta escasa, lo cierto es que con unos pocos ajustes un juego puede venderse como “nuevo” sin demasiado problema. Es verdad que los desarrollos pensados desde cero para la nueva generación lucen mejor pero, como la potencia disponible tampoco es tan elevada, el contraste no resulta excesivo.
Pueden convertirse en un costumbre
Ahora mismo, a algunos nos parece que las remasterizaciones (¿quizá refritos sea un término más adecuado?) representan una moda pasajera, pero todo podría ir todo a peor. Sólo hay que pensar que dentro quizá de unos cinco años tengamos que volver a jugar Fallout 4 o Metal Gear Solid V: The Phantom Pain con retoques gráficos. No creo que eso le gustara a nadie. Pero, si seguimos apoyando con nuestro dinero este negocio, es lo que puede acabar ocurriendo.
La industria de los videojuegos ha sufrido muchos males debido a que los consumidores aceptaron determinados abusos. Los contenidos descargables, el modo online de pago, los pases de temporada, el modelo free-to-play, las reservas de juegos… Está claro que, a nivel individual, un usuario aislado puede hacer muy poco, pero siempre resulta reconfortante saber que, aunque las cosas no hayan salido bien, uno no tiene la culpa de ello.
Los podemos conseguir más baratos
La verdad es que no resulta nada complicado conseguir ese juegos que se vuelven a lanzar más baratos. Si poseemos una consola de anterior generación, es más que probable que los podamos comprar de segunda mano por cifras irrisorias. Si no la tenemos y nos van los juegos “clásicos”, sería una buena idea hacernos con una. Si sólo disponemos de una consola de nueva generación, debemos plantearnos si realmente nos la hemos comprado para sufrir “refritos”.
La verdad es que obtener juegos baratos de la pasada generación es sencillo, pero se me ocurre un caso concreto que explica determinadas remasterizaciones. Si no nos hemos pasado un juego anteriormente (quizá por ser una exclusiva de una máquina que no teníamos), estamos ante una oportunidad de revivirlo. Pero claro, esto no puede justificar, de ninguna manera, la enorme cantidad de remasterizaciones que han aparecido en los últimos años.
¿Qué opinas de este tema? ¿A ti te parece bien que los juegos tengan una segunda vida después de su lanzamiento inicial, o no te agradan demasiado estas remasterizaciones?