La memoria. Ese campo inmenso en el que almacenamos todo aquello que nuestro cerebro recibe por los sentidos. Aunque sea de una manera consciente o subconsciente, este órgano hace su trabajo, y en algún rincón, en alguna neurona, escribe todo aquello que hemos percibido alguna vez. Se dice que la capacidad de nuestro cerebro es de 2.5 petabytes, que son mil terabytes, un millón de gigabytes, unas 3 millones de horas de vídeo, casi nada.
Alguna que otra vez nos hemos visto en la situación de estar en un examen y no acordarnos de una fórmula, o de no recordar el nombre de esa película o el actor que aparecía en ella, así como algún recuerdo de nuestra infancia de algo que sabemos que pasó pero que no recordamos cómo era del todo. Aquí no hay truco, son neuronas conectando unas con otras, solo que a veces esas conexiones se rompen y la información se queda perdida en nuestra memoria.
Un nuevo método que recupera la memoria
Partiendo de la base de lo dicho, que son neuronas interconectando entre sí, teóricamente ”solo” hace falta estimularlas de la forma adecuada para que nos devuelva ese dato que buscamos. Pues un grupo de investigadores del Texas A&M University han conseguido realizar la proeza, y nos hemos hecho eco de ella.
Entrando un poco más en el detalle del funcionamiento de nuestra memoria, diremos que es como un disco duro de un ordenador. La zona del cerebro (del disco duro) donde se almacena toda la información que percibimos es el hipocampo, que también procesa los sentimientos. A ciertas zonas del hipocampo es donde no somo capaces de llegar cuando no nos acordamos de algo. Los mencionados investigadores han demostrado en su estudio que son capaces de recuperar la memoria posible. ¿Cómo? Gracias a la células madre, cuya implantación en el hipocampo haría de esto una realidad.
¿En qué consiste exactamente? La idea es controlar la hipoxia, que para los menos duchos en la materia no es otra cosa que la ausencia de oxígeno. Las donadoras son células de la zona sub-ventricular del cerebro, análoga a la médula ósea y “propietaria” de numerosas células madre, que cumplen la función de reparar un daño cerebral, reemplazando las neuronas perdidas.
De momento solo se ha logrado en pruebas en animales, que son un gran paso adelante para saber cómo funcionaría en nuestro propio organismo, pero la investigación sigue adelante y esperamos algún día poder recuperar esos recuerdos que tanto coraje nos da haber perdido y poder compartirlos en el momento en el que los buscamos en nuestra cabeza.