El volcán japonés Sakurajima, que actualmente está acumulando una gran cantidad de magma en su interior, está desafiando a la comunidad científica con una erupción muy probable en los próximos 25 años (un tiempo muy pequeño geológicamente hablando).
Kagoshima, la Nápoles de Oriente
Así es, este volcán nipón que se encuentra cerca de la ciudad de Kagoshima, en el suroeste de Japón, ha alarmado a los científicos al almacenar mucho magma en su interior. Esta inusual actividad ha sido detectada gracias a una investigación realizada por las universidades británicas de Exeter y de Bristol, así como el centro de investigación del volcán Sakurajima en Japón.
Estas investigaciones, lideradas por Jame Hickey de la Universidad de Exeter, han utilizado técnicas pioneras dentro de su campo, como podemos leer en El País: estudio de la sismología, seguimiento de los cambios gaseosos así como la deformación producida en las zonas aledañas al volcán.
Sin embargo, pese a estos métodos tan avanzados, la vulcanología nunca puede ofrecer datos precisos sobre la fecha exacta de erupción del volcán, más bien aproximaciones o recomendaciones. Con todos estos datos, que han sido publicados en Scientific Reports, los científicos pretenden crear un sistema de alerta que permita a las autoridades locales actuar en caso de erupción y salvar vidas.
La anterior gran erupción del Sakurajima se produjo a principios del siglo XX y se llevó la vida de 58 personas, además de producir cuantiosos daños en la ciudad de Kagoshima, en la que viven actualmente unos 600.000 habitantes.
El peligro nuclear que sigue latente
Además, este volcán nipón se encuentra a unos 50 kilómetros de los dos reactores nucleares de Sendai, reactivados el año pasado, siendo de los pocos en activo desde el desastre de Fukushima en marzo de 2011. También, como podemos leer en El Mundo, la última erupción se produjo recientemente, en concreto en julio, que elevó una nube de cenizas que se alzó hasta los 5 kilómetros.
Por su situación, Japón posee numerosos volcanes activos dentro de sus fronteras puesto que se encuentra en el conocido Anillo de Fuego del Pacífico, lugar del mundo en el que se registran más terremotos y erupciones. De esta forma, el país nipón se prepara para hacer frente a la futura acción del volcán y evitar la pérdida de vidas.