Podríamos decir que el ser humano se siente algo sólo en el universo. Muy diferente a las demás formas de vida en nuestro planeta. Este es quizás uno de los motivos por los cuáles llevamos tantos años estudiando a distintos tipos de simios. Son los más parecidos a nosotros y no es de extrañar, ya que por ejemplo, con el orangután compartimos el 97 % de nuestro genoma.
Hoy en Xombit trataremos un estudio que ha sido publicado en la revista Science. Este ha revelado algo que resulta bastante sorprendente y amplía mucho las fronteras en el estudio de estos animales.
La teoría de la mente
Conforme vamos estudiando y trabajando con estas excepcionales criaturas, nos vamos dando cuenta de las increíbles capacidades que poseen. Antes de la teoría de la evolución propuesta por Darwin, nadie se habría imaginado lo que estamos descubriendo.
Precisamente fue la citada teoría uno de los motivos por los cuales comenzó a crecer el interés científico por estas especies. A partir de entonces, como leemos en El País, se fueron desmontando mitos. Distintos tipos de simios si podían utilizar herramientas, hacer uso de su memoria o presentar empatía.
En este caso, lo descubierto está relacionado con la llamada teoría de la mente. Pero, ¿qué es la teoría de la mente? Básicamente es la capacidad que poseemos los seres humanos, a partir de cierta edad, de ponernos en el lugar del otro, entender lo que está pensando y de esta forma anticiparnos a sus acciones.
Los investigadores realizaron un experimento con chimpancés, similar al que se realiza con niños, para averiguar si poseían esas capacidades. Los chimpancés observaban cómo, delante de un actor, se introducía un objeto en una caja. Tras esto el actor se marchaba y uno de los responsables cambiaba el objeto de lugar. Por lo tanto, cuando el actor volviese, se dirigiría directamente a la caja equivocada.
Si quieres saber más: Los simios saben lo que piensas… y que te equivocas
Con un sistema de seguimiento visual, consiguieron observar como los chimpancés fijaban la mirada en la caja vacía cuando llegaba de nuevo el actor. Es decir, sabían que el sujeto se equivocaría, creería que el objeto seguía ahí.
Este es sólo uno de los experimentos que han demostrado que la teoría de la mente no es algo exclusivamente humano. Los chimpancés son capaces de saber lo que piensan los demás, incluso cuando entra en contradicción con lo que ellos saben.
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