Como sabemos, vivimos en un universo que carga con muchos años a sus espaldas. Nada más y nada menos que cerca de 14.000 millones de años. Dentro de él encontramos millones y millones de galaxias, millones y millones de sistemas y estrellas.
Una de esas estrellas es nuestro Sol, y uno de esos sistemas es nuestro sistema solar. Este tiene una edad aproximada de 4.500 millones de años y como todo, acabará desapareciendo. Todo tiene un comienzo y un final, y nuestra gran estrella no iba a ser menos.
¿Cuánto nos queda?
La vida media de una estrella como nuestro Sol es de unos 10.000 millones de años, por lo tanto, al menos tenemos otros 5.000 millones de años por delante. El Sol se encuentra justo en la mitad de su vida, en su máximo esplendor. Pero, ¿qué ocurrirá cuando se acerque su final?
Teniendo en cuenta que para entonces no sabemos siquiera si seguirá existiendo nuestra especie, veremos alguno de los escenarios posibles. Cuando el Sol esté en su etapa final, crecerá, y mucho. Crecerá hasta convertirse en lo que conocemos como gigante roja, alcanzando un tamaño cien veces superior al que ahora posee.
Debido a estos inmensos cambios, los planetas Mercurio y Venus quedarán totalmente destruidos. Cualquier forma de vida que exista entonces sobre la Tierra morirá, sin embargo aún no sabemos si la estructura de nuestro planeta podrá soportar una estrella tan grande, luminosa y calurosa.
Es por esto que los científicos se han fijado en una estrella cercana, que es muy similar a nuestro Sol y que se encuentra en la fase final de su existencia. Como leemos en el diario ABC, esta se llama L2 Puppis, y se encuentra a 208 años luz de distancia. Deberán observarla durante años, para poder hacerse una idea de lo que le espera a nuestro planeta.
Tras el monumental crecimiento del Sol, este decrecerá convirtiéndose en una estrella del tamaño de la Tierra, pero increíblemente densa. Tras esta última fase, en la que quién sabe si todavía quedará algo de nuestro planeta, la estrella irá consumiéndose poco a poco. Esta será tan densa, que apenas una pequeña cantidad de ella, del tamaño de una piedra, pesará toneladas. Será infinitamente más pesada que la Tierra, con el desajuste gravitatorio que esto conlleva.
El final de nuestro planeta es incierto. Aunque sabemos que ninguno de nosotros estará cuando todo esto ocurra, es algo que queremos saber y que presenta mucho trabajo aún por delante.
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