Tras una larga espera, más larga de lo deseado, parece que al fin ya tenemos fecha para el estreno de la nueva película de James Bond No time to die. Su estreno está previsto para el próximo 12 de noviembre, al menos en EE.UU (en España no se conoce, todavía, la fecha exacta).
El film será la última ocasión en la que Daniel Craig se sumergirá en el papel del espía británico, ya que a sus 52 años considera que es momento de bajar el ritmo y no tener que enfrentarse a las exigentes escenas de acción propias de las entregas de la franquicia. Desde su primera aparición en Casino Royale en 2006 hasta la fecha ha rodado ya cinco películas como Bond, y se ha ganado el respeto de todos aquellos seguidores del personaje de Ian Fleming que, inicialmente, no apostaban demasiado por este “Bond rubio”.
A los mandos de la película, y tras dos incursiones de Sam Mendes, tendremos a Cary Foji Fukunaga, que se dio a conocer por la exitosa y laureada serie True Detective. Así que podemos esperar un film con una atmósfera más oscura y absorbente, si sigue con el estilo que le procuró tanto reconocimiento, con un Emmy incluido.
En el reparto, además de Craig, algunos clásicos de la última era de esta franquicia: Ralph Fiennes como M, Naomie Harris como Moneypenny, Waltz como Blofel y Jeffrey Wright como Felix Leiter su amigo americano. La nueva incorporación será el malo de la película, interpretado por Rami Malek, al que conocemos por interpretar a Freddie Mercury, en la reciente Bohemian Rhapsody.
¿Qué Bond nos vamos a encontrar esta vez? Los tiempos cambian y las sensibilidades del espía más conocido de la historia seguro que también han evolucionado. Pero estoy convencido que nos vamos a encontrar al seductor empedernido, al asesino implacable, al socarrón incorregible y, por supuesto, al excelso jugador de Póker: conocidas son sus escenas en casinos, especialmente en el de Montecarlo, como vimos en Nunca digas nunca jamás (1983) y Golden Eye (1995); o el Casino de Montenegro, donde se rodó la mítica escena de Casino Royale (2006) frente a frente a Le Chiffre en la que, teniéndolo todo en contra, se salió con la suya en una de las más excitantes secuencias de acción e intriga de la historia del cine.
Respecto de la música, un aspecto capital siempre en las películas de Bond, el tema central corre a cargo de Billie Elish que, aunque consigue cierta ambientación clásica de los films del espía inglés, tal vez carezca de la fuerza de toras interpretaciones (como la de Tina Turner en Golden Eye, la de Adele en Skyfall o la de Gladys Knight en License to kill). Tal vez por eso, las opiniones al respecto están siendo algo críticas.
Respecto del argumento, lo que sabemos es que un Bond retirado recibe una petición de ayuda de su amigo Felix Leiter, lo que le obligará a abandonar su preciada jubilación para volver a la acción en la búsqueda de un científico cuyos descubrimientos (oh, sorpresa) pueden representar un desequilibrio mundial. De ahí a saltar por los tejados, beber Martini y disparar a los malos indiscriminadamente sólo hay un paso, como la historia de este popular agente secreto nos ha enseñado ya con anterioridad.
Como curiosidades, podemos deciros que Fukunaga no fue la primera elección para dirigir la película, sino que Danny Boyle (Slumdog Millionaire, Trainspotting, entre otras) era el elegido, pero abandonó el proyecto tres meses antes del inicio. También podemos mencionar que esta película no está basada en ninguna de las novelas de Ian Fleming, como pasó en Spectre. Por otra parte, Craig ha vuelto a interpretar a Bond a regañadientes: aunque se ha encargado de esgrimir razones trascendentales, todo parece indicar que el dinero fue el único motivo para enfundarse en el esmoquin por última vez.
De una forma u otra, es una peli de James Bond. Y hay que verla. Nuestro protagonista es uno de los últimos clásicos vivos, aunque haya sido encarnado por diversos actores durante su trayectoria. Además, la visión de Fukunaga del universo Bond puede valer mucho la pena; y Malek tendrá mucho que aportar.